“Cero fe”: Gigi Martin recordó la reacción de su familia cuando supo que se presentaría en el Festival de Viña

Gigi Martin.
Gigi Martin.

Tras Melón y Melame, el comediante tuvo que reinventarse y, parte de las oportunidades que le surgieron, fue paparse en la Quinta Vergara.

En un momento de la conversación con Martín Cárcamo en el De tú a tú (Canal 13), Gigi Martin le mostró las antorchas y gaviotas que atesora en su casa de Peñaflor tras pasar por el Festival de Viña.

“Yo cuando fui el 2014, fui a dar un examen a Viña porque fui solo, y tampoco no había confianza en mí”, relató. “Escuchaba comentarios que no me iba a ir bien”, comenzó contando.

Tras Melón y Melame, el comediante había tenido que reinventarse, “incluso salí a buscar pega y un amigo del banco me dijo que no me iba a dar pega, que tenía que seguir mi camino”, es decir, no desviarse del humor.

La remontada empezó cuando llegó a Mi Nombre Es VIP (Canal 13), espacio al que llegó a la final imitando a Raphael. Luego participó en Vértigo (Canal 13) y se convirtió en el ganador de la noche, imponiéndose al Charola Pizarro.

“Uno va con una presión tremenda, tremenda”, recordó luego sobe el momento que lo invitaron a la Quinta Vergara. “Más encima en octubre del 2013 me llamaron para invitarme al Festival y mi esposa me quedó mirando”.

La mujer le preguntó: “¿Te llamaron para el Festival? Me imagino que vas a decir que no”. Y él le preguntó por qué, a lo que ella contestó: “Imagínate si te va mal tienes que ir a trabajar y la gente me va a agarrar para el hueveo”. La reacción de su hijo fue similar. “No había ninguna fe”, resumió. “Cero fe”.

La negociación

Ante eso, decidió ir a negociar y pedir una suma millonaria para subirse al escenario, con el plan de que se la rechazaran: “Era un buen monto”, admitió.

“Estás loco, no estamos pagando esas lucas”, le respondieron desde la producción. Él ya se iba a la puerta cuando lo llamaron de vuelta con una contraoferta. “Ya, listo”, aceptó. “Eran buenas lucas”.

Y se fue de vuelta para la casa, y le preguntaron qué tal le había ido en las negociaciones, y le informó a su familia que iría al festival. “¡¿Cómo se te ocurre?!”, le contestaron desesperanzados. “Con esta decisión uno arrastra a la familia”, comentó por el temor a las burlas.

“He conocido colegas que les ha ido mal en Viña y los hijos se han agarrado a combos en el colegio”, ejemplificó.

“Lo bueno era que te pagaban al tiro, o sea, te venías con la mitad del cheque”, contó, tras lo cual partió todo el familión de compras al supermercado.

Ahí “había una vieja chica que me seguía”, relató, señora que se había enterado de que participaría en Viña, que le comentó: “¡Jesús, María y José! ¡Santo Dios!”, y agregó que “le vamos a hacer cadenas de oración”. O sea, nuevamente, cerró, “ninguna fe en mí”.

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