Nunca falta el desubicado que dice "y de blanco la patuda" cuando un terrícola comparte en sus redes sociales las fotos de un matrimonio al que asistió. Claro que en estos tiempos, esa "costumbre" pasó al olvido, por el aislamiento social.

Claro que siempre hay porfiados. Prueba de ello es la situación que vivió Coco Legrand el fin de semana pasado, luego de subir una foto de un casorio en el Colegio Santa Úrsula de Vitacura, cuando comenzó a regir la cuarentena preventiva. Eso sí, el humorista llevaba su mascarilla. ¡Pa' qué más!

La "policía de redes sociales" lo funó de inmediato bajo el hashtag #PilitayPablo. Nadie se acordó del color del vestido, el sabor de la torta ni quién agarró el ramo. Por el contrario, al comediante nacional le dieron de su propia medicina y lo subieron al columpio sin perdón.

De hecho, lo más suavecito que le dijeron fue que tenía "cero conciencia", al igual que Rodrigo Pérez Mackenna, ex ministro de Vivienda del primer mandato del Presidente Piñera, quien también asistió.

Cercanos al chistólogo comentaron que el evento fue "más que nada un acto simbólico, y fue todo muy rápido. Se casaron, se tomaron las fotos y para la casa. La gente juzga sin saber cómo fueron las cosas".

Sin embargo, a algunos invitados se les chispoteó y subieron fotos y videos de la fiesta. Eso sí, después borraron la evidencia... muy tarde. Quizás por eso Alejandro González, el verdadero nombre del querido Coco, no quiso atender los llamados de La Cuarta.

Eso sí, Roberto Green, su manager y amigo, contó que el comediante se encontraba descansando en su casa y que no se quería referir a la situación.

Voces críticas

"Creo que fue una irresponsabilidad haber hecho e ido a ese matrimonio. Lo veo como un acto muy soberbio y de poco sentido común. Y, por favor, sería raro que hubiera sido en Renca, Dios quiera que no le dé al Coco. Sería el rey de los huevones si se contagia".

"Palta" Meléndez, humorista.

"Entiendo lo que es el matrimonio. Quizás es el día más importante para todos, es algo que marca la vida de una persona para siempre. Sin embargo, con la situación que estamos viviendo, creo que no estuvo bien, se arriesgaron mucho al haberlo realizado. Que esta fotografía sirva de lección de lo que no hay que hacer".

Juan Pablo Queraltó, periodista.