Hijo oculto de Mauricio Israel denunció abandono: “Él me negó”
Nació producto de una infidelidad con una corredora de seguros.
Mauricio Israel vuelve al centro de la polémica. Si anteriormente su hija Sara —con Marisol Gálvez— habló del inexistente vínculo que tendrá con su padre y del abandono que sufrió durante la delicada operación a la que se sometió, ahora un nuevo capítulo se abrió: este 23 de noviembre, en Primer Plano, apareció un hijo oculto del comunicador.
Alexander Israel —hijo del comunicador Mauricio Israel— abrió un capítulo sensible al relatar los episodios que, asegura, han marcado su relación con su padre desde la infancia.
El joven de 25 años explicó que es fruto de una infidelidad del exrostro televisivo hacia su entonces esposa, Carola Brethauer. “Mi mamá tenía un muy buen trabajo, era corredora de seguros y vivía en Las Condes”, apuntó.
“Sé que era una mujer muy linda. Llegó a través de su trabajo a conocer a personas del espectáculo. Ahí conoció a mi papá, con quien tuvo una amistad”, consignó Agricultura.
El joven sostuvo que Mauricio Israel inicialmente lo desconoció. “Él me negó, hubo un ADN y en 2001 me reconoció como su hijo y me dio su apellido. De ahí, hasta el año en que se fue del país, él le enviaba dinero a mi mamá”, afirmó.
Con los años, la situación emocional de su madre se deterioró de manera profunda. “Ella colapsó psicológicamente, yo diría que se enfermó de amor. Dejó de trabajar y comenzó a depender casi exclusivamente del ingreso que le enviaba Mauricio”, dijo.
Ante ese escenario, ambos se trasladaron a La Pintana, donde vivieron como allegados. Según Alexander, ese entorno terminó moldeando de forma dolorosa su infancia.
“Vivíamos hacinados, vivíamos con muy poco, eso fue desde los 8 años. Mi mamá decidió no meterme al colegio. Producto del hacinamiento y el aislamiento, yo básicamente viví encerrado y me perdí mi infancia y mi adolescencia. Estuve desde los 14 hasta los 19 años durmiendo en un sofá de dos cuerpos, cosa que me trajo secuelas físicas”, mencionó.
A eso sumó periodos de extrema precariedad cuando se fue a vivir solo a los 19: “Hubo momentos donde yo no tenía para comer porque solo tenía para pagar el arriendo para mantener mi independencia”.
Pese a todo, asegura que sigue existiendo un espacio para recomponer la relación. “Una parte de mi corazón sigue deseando que exista una relación, sigo deseando que él se acerque y me conozca”, cerró.
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