Tan sólo bastó una selfie para dejarle en claro al mundo que la reina de todas reinas en Hollywood no es sino que la carismática, y a sus 50 años ya eterna, actriz Jennifer Aniston.

A poco menos de un mes de haberse celebrado con gran éxito los 25 años del debut de la icónica sitcom noventera Friends, la rubia natural fue ungida por los millones de fanáticos de la serie como la actriz más popular de la que se tenga recuerdo en las últimas décadas.

El primer cariño que recibió se lo dieron sus propios compañeros de reparto, quienes al subir una icónica postal de la serie a cada una de sus cuentas de Instagram para celebrar el hito de los 25 años, desataron -sin quererlo- una especie de Jennifermanía que llevó a la ganadora de varios premios SAG, Emmy y Globo de Oro a decidir salir del ostracismo digital para interactuar con sus seguidores.

Lo que nunca imaginó la ex de Brad Pitt es que ese simple ejercicio de mirar al lente de su smartphone para tomarse una foto junto a sus amigos y compañeros de Friends para inaugurar su cuenta @jenniferaniston iba a convertirse en una de las interacciones más comentadas en la historia de esta red social y la de mayor impacto entre los usuarios de IG del orbe.

Lo que generó

En menos de 24 horas siguieron a Aniston poco más de 5 millones de personas y su primera postal, con el sencillo posteo "Y ahora también somos amigos en Instagram. Hola Instagram", registró más de 6,8 millones de me gusta.

Cifras sin parangón para esta red social, que tiene al portugués Cristiano Ronaldo como su personaje más popular, con más de 180 millones de seguidores; la misma que en pocas horas debió explicarle a sus usuarios de la red las razones del colapso que sufrió la plataforma, que en un momento del día no permitía seguir a la actriz.

"Somos conscientes de que algunas personas tienen problemas para seguir la página de Jen, ¡el volumen de interés es increíble!", fue la respuesta de IG al portal Page Six, conscientes que a sus puertas tocó la mujer que más ansiaban recibir. Esa que en menos de un día justificó con creces que su sola presencia basta para mover un mundo de ilusión y fanatismo.