“Yo estoy feliz, pero esto no deja de ser un drama”, sinceró Jorge Zabaleta sobre la partida de su hija Milagros, que se manda a cambiar a Estados Unidos tras su etapa colegial. “Sobre todo para su mamá (Francisca Allende), que ve partir a su hija y no quiere que se vaya”.

“Pero siempre criamos a nuestros hijos para que partan, para que vuelen”, aclaró el actor en entrevista con Revista Velvet. “Desde que nació fue una niña especial”, y por ejemplo, “caminó a los diez meses” y además “tiene un carácter increíble, siempre feliz, gozadora y alegre”.

“Siempre los criamos libres, independientes, responsables de su vida, de su destino”, remarco el actor, ya que Milagros fue aceptada en la Escuela de Negocios de Loyola en Los Ángeles. “Y ellos deben pelear por lo que quieren”, reflexionó. “Milagros siempre quiso esto”.

Eso sí, si bien su retoña del medio ya aceptada y matriculada en su casa de estudios, desde la Embajada de Estados Unidos aún no le da hora para sacar visa como estudiante, por lo que la apremia un tanto la ansiedad.

“Siempre hay contextos y eso va a existir”, analizó el ex-Machos. “Hay que hacer lo que hay que hacer”, en alusión a las tensiones y conflictos a nivel global: “Uno puede salir y te atropellan en la esquina”, planteó. “Quizás es un defecto, pero si pusiera en una pizarra todo lo que me puede pasar, no saldría”, de hecho, “ando en moto, hago cosas quizás peligrosas”, por lo tanto, “esas aprehensiones no las tengo”, declaró.

Los temores de Jorge

“No puedes estar siempre pensando que algo malo pasará”, continuó, ya derechamente llevándolo a su propia experiencia vital: “Si no, la vida se acorta y no sales nunca de tu lugar de confort. Parte de crecer es salir de allí. Esa es mi personalidad. Necesito salir. Soy nómada. He hecho muchas cosas que me dan susto. Tenía pánico a las multitudes, vergüenza en público. Sin embargo, me dedico a lo que me dedico. Le tenía miedo al mar y soy buzo profesional”, enumera el co-protagonista de Socios por el mundo.

Como sea, igual Zabaleta sincera sus temores: “Me da miedo que mi hija viaje. Me da miedo desde que sube al avión. Me da miedo que vaya a otro país. Me da miedo no estar cerca. Me da miedo, me da miedo. Pero no por eso voy a limitar su vida ni cortarle las alas. Ella puede hoy irse a estudiar fuera de Chile. Algo que es un sueño para cualquiera”, manifiesta.

En cuando a la decisión en concreta de su hija de estudiar negocios, el también socio de Pancho Saavedra analizó: “Creo que lo que ella quiere no existe. Quiere construir, hacer cosas. Nos parecemos mucho en eso. Tiene muchas habilidades, pero creo que ni ella misma ha descubierto su real potencial: dónde es realmente buena”.

Zabaleta, sobre los potenciales y habilidades de su retoña, planteó: “La Milagros quiere construir y hacer. Tiene su marca de ropa, hace cosas. Y posee mucha habilidad blanda. Creo que necesita la otra parte más dura: una carrera que le dé otras herramientas. Porque ella tiene recursos para salir adelante incluso sin estudiar nada. Es un motor y serlo te permite ganarte la vida fácilmente”, más aún considerando que “es metódica y logra lo que quiere con mucha convicción”, elogió.

“Siempre la he visto como alguien que va a provocar cambios para bien, está para grandes cosas: la veo en trabajo comunitario, en alguna ONG o donde participe. Siento que ella, sin saberlo, tiene una misión”, pronosticó.

La crisis de los 50

La decisión de su hija viene con el ya de 55 años, tras haber pasado por los cuestionamientos de haber cumplido la mitad de un siglo: “Los 50 los sentí fuerte”, admitió. “Los sentí en el cuerpo, en todo. Tuve ansiedad. En plena pandemia fue duro. Pero tomé varias decisiones. Una, dejar de fumar. Llevo casi seis años sin fumar, lo que trajo complicaciones. Cuando uno es muy fumador, el cuerpo pide su dosis y te boicotea. Fue horrible. Con crisis de ansiedad. Subí veinte kilos”.

Pero, por otro lado, “también me sirvió para conocerme, perdonarme por subir de peso y por mis crisis. Con los 55, en cambio, no me pasó nada”, destacó.

En cuanto al nido vacío, Zabaleta vaticinó: “También espero mi vida sin hijos. Llevamos 30 años criando y también hay planes para uno. Quiero nietos, cuidarlos, pero también tengo planes para mí. Mis hijos son parte importante, pero no son mi vida”, así que “me gustaría ser siempre un nómada”.

En cualquier caso, el ex-Papi Ricky manifestó también que “quiero vivir en Chile, me encanta. Pero también irme a caminar por el mundo. Creo que en la vida hay que exigirle sabiduría a los años. Ser mejor persona, más sabio, menos ignorante. Sacarle el jugo a la vida. Llegar a viejo como esos japoneses a quienes les piden consejos. Uno debe ser mejor persona con los años”.