Como “genuino” califica Juan Pedro Verdier su paso por Mundos Opuestos, su primer reality y un programa que, sin duda, dejará una marca en su vida.

Y es que JP, como le decían sus compañeros, se convirtió en el personaje más centrado del encierro, alejándose de las peleas y los conflictos, y mostrando su personalidad con sus altos y bajos.

“Más allá de que me hayan visto llorar, competir, luchar, sufrir es como soy y a veces puede verse extremo, pero es real”, aseguró en conversación con La Cuarta.

“Hay días en los que he estado muy triste, hay momentos que han sido sumamente desafiantes y hay momentos en los que he podido estar un poco más tranquilo, en los que he disfrutado, he conocido gente maravillosa, pero si tuviera que resumirlo en una palabra sería real, genuino”, afirmó.

- ¿Cómo has enfrentado psicológicamente esta experiencia tan extrema de Mundos Opuestos?

“Yo sé que va a sonar raro y va a ser probablemente cuestionado por esto que voy a decir a continuación, pero para mí ha sido más extremo estar en Mundos Opuestos que internado en un centro de salud mental”.

“Primero, en el centro de salud mental donde yo estuve internado había 22 habitaciones llenas, es decir, había 22 personas, contándome a mí, yo y 21 personas más compartiendo en ese espacio, pero claro, esas 21 personas que estaban conmigo, no tenían las personalidades que tienen los compañeros con los que estoy en Mundos Opuestos. Eran mucho más tranquilos y costaba que emergieran sus problemas”.

“A veces las dificultades por las que estaban internados aparecían a los 5, 6 días en un momento del día y después volvían a ser lo más tranquilos y normales que uno está acostumbrado a percibir”.

“Sin embargo, en Mundos Opuestos no. Como lo dice el nombre, no son solo las casas del pasado y del futuro, las que son Mundos Opuestos, sino que se ha hecho un trabajo espectacular en el casting y cada uno de los mundos que nos representa a los integrantes del programa son Mundos Opuestos, somos personas que en ningún otro espacio nos hubiéramos cruzado, creo yo”.

Según Juan Pedro, encontrarse con gente tan distinta, “me parece un tremendo desafío, pero también un tremendo experimento tanto de las dificultades que vivimos socialmente para llevarnos bien entre todos, como de las posibilidades de resolver eso y llevarnos bien a pesar de ser personas sumamente distintas, que podemos mantener el respeto y los valores para compartir y aceptarnos como somos”.

El cuchicheo por detrás

De hecho, hubo momentos en que los propios compañeros de JP hablaron a sus espaldas, como cuando Disley Ramos aseguró que se aislaba para llamar la atención.

“A mí me han criticado desde muy chico por ser sensible y por ser neurodivergente, es decir, por buscar estímulos de todo tipo, a veces a través de los deportes extremos, a veces llorando públicamente, en este caso se puede ver en un programa de televisión, pero me ha pasado en el día a día o junto a mi familia o junto a mis amigos y me he dado cuenta de que a ellos también les llama la atención que yo sea una persona tan sensible”, reconoció.

“Pero no me molesta ser una persona sensible, no me molesta que lo perciban como algo negativo, o Disley, por ejemplo, sentía que era una forma mía de llamar la atención. Insisto, uno proyecta lo que tiene en su interior y si ella estaba preocupada de qué estaba haciendo yo para llamar la atención, quizás esa atención la quería ella”, dijo.

“Yo, por el contrario, estaba intentando aislarme porque no sabía qué hacer, porque era sobrecogedor el proceso y necesitaba mis momentos de tranquilidad dentro de este torbellino que es Mundos Opuestos”, dijo.

Avanzar sin competir

Una de las grandes críticas que han recibido algunos participantes del reality, es haber llegado a avanzadas etapas de la competencia, sin competir o ganarse su lugar.

Juan Pedro, sin embargo, no encuentra que sea algo malo. “A mí no me molesta en lo absoluto, me parece que es una parte válida de este desafío y que yo no haya participado en una estrategia claramente percibida por la audiencia, no significa que no sea un estratega”, dijo.

“Me gusta mucho leer y me gusta mucho la lectura en relación a la guerra o a los combates... Y en este caso, yo en esta etapa inicial he estado absorbiendo con mi algoritmo la forma que tiene cada participante de pensar y de actuar y eso no quiere decir que no vaya a ser empleado en una estrategia mía en el futuro”, añadió.