Roberto Parra Sandoval fue un reconocido cantautor, poeta y folclorista chileno, miembro de la destacada familia Parra -hermano menor de Violeta, Nicanor y Lalo-. Reconocido por su obra “Las décimas de la Negra Ester”, el músico fue una figura clave de la cultura popular nacional.

Nacido el 29 de junio de 1921, Roberto Parra Sandoval fue parte del clan Parra, vinculados al arte popular y con un excepcional talento en la poesía, el canto o el teatro. Hijo de Nicanor Parra y Clarisa Sandoval, Roberto fue menor que Nicanor, Hilda, Violeta y Eduardo, pero mayor que Caupolicán, Elba, Lautaro y Óscar, detalló Memoria chilena. Gran parte de su infancia la vivió entre Chillán y Lautaro.

Tras la muerte de su padre en 1929, los hermanos mayores de la familia debieron salir a las calles para ayudar a su madre económicamente, realizando distintos oficios. Violeta junto a Hilda se ganaban algunos pesos cantando en las calles, mientras que Roberto y Eduardo -también conocido como Lalo- trabajan en los circos que llegaban a la ciudad, consigna el portal Música Popular.

Según detalló a La Cuarta el director Boris Quercía, de la película “Me rompiste el corazón” sobre Parra y La Negra Ester, el cantautor trabajó como lazarillo de una mujer ciega que recorrió el país cantando y fue ella quien le regaló su primer par de zapatos.

Fue durante esta época que comenzó su conexión con la música. En 1938, Roberto junto a su hermano Lalo formaron el dúo Los Hermanos Parra. Según consignó Emol, ambos emprendieron giras por Chile, Bolivia, Perú, Argentina y Ecuador.

Posteriormente, la familia se trasladó hasta Santiago, pero es difícil seguirle los pasos a Roberto Parra. Marcado por una vida aventurera y bohemia, el músico estuvo viajando constantemente por el país realizando distintos oficios y tocando en todo tipo de locales nocturnos, cabarets, boliches e incluso prostíbulos.

Las cuecas del tío Roberto

Sus sobrinos Ángel e Isabel Parra -los hijos de su hermana Violeta- fueron los primeros en grabar sus composiciones. El cantautor fue forjando su estilo personal con canciones como “El Chute Alberto”, “La perra con el perro”, “Las gatas con permanente”, entre otras, que serán denominadas como “cuecas choras”. A diferencia de la cueca tradicional, estas cuentan con una mayor picardía y emanan de la cultura popular de los barrios bravos.

“Para nosotros era natural que hiciera ese tipo de cuecas, porque esas cuecas eran como él: hablaban de su vida, de su forma de ser; eran totalmente distintas a las cuecas campesinas que mi mamá había recopilado en el sur de Chile. Escuchar al Tío Roberto cantar esas cuecas y escucharlo hablar a él era lo mismo”, explicó su sobrina Isabel Parra, consigna el Ministerio de las Culturas.

El músico es considerado como el artífice del “jazz guachaca”, un estilo que fusiona los elementos del jazz tradicional con sonidos populares y que fue bautizado por su hermano, el antipoeta Nicanor Parra.

La familia Parra fue fundamental para el desarrollo de su obra musical. Sus sobrinos crearon la Peña de los Parra en una casona ubicada en Carmen 340, Santiago, en 1965, donde el “tío Roberto” fue un invitado permanente de sus veladas artísticas.

El músico participó en la grabación del disco “Veinte cuecas con salsa verde” (1965). Su primer disco solista “Las cuecas de Roberto Parra” (1965) y luego grabó junto a su sobrino Ángel “Las cuecas del tío Roberto” (1972). Según detalla la biografía del Ministerio, su hermana Violeta lo sometió a sesiones “secas”, es decir, sin alcohol, para garantizar su buen desempeño en el estudio.

Con la llegada del Golpe de Estado de 1973 y la dictadura militar, Roberto Parra se quedó en Chile y trabajó como músico ambulante en la Vega, el Mercado Central y otros lugares de la capital, además de participar en distintas peñas.

Unos años antes, en 1971, el músico se había casado con Catalina Rojas, cantora y folclorista que lo acompañó durante sus últimas décadas de vida y quien se convirtió en la madre de sus dos hijas, Leonora y Catalina.

La Negra Ester

En 1980 se publicó por primera vez su obra “Las décimas de la Negra Ester”, lo que lo consagró como dramaturgo, músico y compositor. La obra nació a raíz de su romance y posterior ruptura con una prostituta de San Antonio, a quien conoció en la década de los cincuenta.

Fue en 1957 que el cantautor llegó como guitarrista al cabaret “Luces de Puerto” de la ciudad de Valparaíso. En uno de los boites del puerto -específicamente en “Río de Janeiro”- que el tío Roberto conoció a La Negra Ester, la prostituta que se convirtió en uno de sus grandes amores.

Si bien los versos se publicaron por primera vez a comienzos de la década de los ochenta, fue en 1988 que la obra se masificó con el montaje de Andrés Pérez y la compañía Gran Circo Teatro. “La Negra Ester” se convirtió en una de las obras más importantes del teatro chileno, contando con veinticinco temporadas en Chile e incluso algunas giras en el extranjero.

La historia de amor entre Roberto y la Negra Ester llegó a la pantalla grande con la película “Me rompiste el corazón”, dirigida por Boris Quercía, actor que fue el encargado de dar vida al cantautor en el montaje de Pérez.

Cabe destacar que otra de sus obras, “El desquite”, fue llevada al teatro por la compañía Sombrero Verde, consigna Música Popular. La obra también llegó al cine de la mano del director Andrés Wood en 1999, con la música de Álvaro Henríquez.

Su vínculo con Álvaro Henríquez

El montaje de la obra “La Negra Ester” de Andrés Pérez era acompañado por la interpretación en vivo de un trío de músicos llamados “La Regia Orquesta”, compuesta por Cuti Aste, Álvaro Henríquez y el trompetista Jorge Lobos en las primeras temporadas.

El propio Roberto Parra acompañó la preparación musical y fue ahí donde el cantautor conoció al vocalista de Los Tres. Así nació una relación de amistad y mentoría que llevó al músico a convertirse en uno de los promotores de la cueca chora.

En una entrevista con El Mercurio en 1998, Henríquez explicó que “hubo una cercanía muy grande entre él y el grupo (...) Aunque en mi caso almorzábamos casi todos los domingos juntos”.

“Pese a ‘La Negra Ester’, creo que aún no tiene el reconocimiento que merece. Su obra es un legado enorme. A mí me cambió la vida totalmente. Su naturalidad y su gracia como poeta es única y auténtica. Y si a eso sumamos el hecho de que era tan chileno, nos queda convertido en la estrella de la bandera. A todos los abrió los ojos para darnos cuenta que las cuecas no eran solo lo que hacían Los Quincheros, Los Cuatro Cuartos y todos esos grupos oficialistas. Que la riqueza de la cultura popular chilena iba mucho más allá”, aseguró.

Su muerte y su legado

Durante sus últimos años, Roberto Parra trabajó en distintos proyectos, incluyendo el montaje de su obra “El Desquite” y una biografía de su hermana Violeta Parra. Sin embargo, en 1994 su salud se deterioró y se le detectó un cáncer de próstata.

El 21 de abril de 1995 se confirmó la muerte de Roberto Parra Sandoval a los 73 años. El cantautor falleció en compañía de su esposa Catalina Rojas -quien mantiene vivo su legado- y sus hijas.

En enero de ese año, la Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD) le entregó la única distinción que recibió en vida.

Tan solo unos meses después de su muerte, Los Tres grabaron su mítico MTV Unplugged, donde la banda liderada por Henríquez junto a Ángel Parra, Titae Lindl y Francisco Moreno incluyeron un tributo al tío Roberto y cantaron sus cuencas “El arrepentido” y “La vida que yo he pasado” junto con el foxtrot “Quién es la que viene allí”.

En honor al natalicio de Roberto Parra, el Congreso declaró el 29 de junio como el Día Nacional del Folclor Urbano, como una forma de conmemorar la obra del creador de la cueca chora.

“La obra de Roberto, su obra décimas, él tiene la vida de Violeta escrita en décimas, tiene su propia vida escrita en décimas, que es una forma de poesía popular que es ya un patrimonio de Chile. Son cuecas choras, las cuecas urbanas de Roberto”, expresó el director Boris Quercía al diario pop.

“Es interesante el folclor urbano. Antes el folclor era del campo, pero las ciudades también tienen su expresión artística folclórica y eso lo recató Roberto. El jazz guachaca es un género musical que inventó Roberto a partir del jazz estadounidense, el lo chileniza con los instrumentos y cómo se tocaba aquí la guitarra y hace el jazz guachaca, que es una manera de tocar el jazz, al modo de Roberto de Parra. Toda la obra de Roberto Parra es importantísima como un legado patrimonial de la cultura chilena más popular”, añade.