El fuerte desahogo de Tomás Leiva tras muerte de su padre: insólito desenlace desató carcajadas de Pamela Díaz
El integrante de Tomas Va a Morir se sinceró, pero el final de la historia tuvo una cuota de comicidad.
“A mí la muerte más que susto me da rabia”, reflexionó Tomás Leiva en conversación con Pamela Díaz. “Mi rabia pasa por no poder ver qué hueás más vamos a inventar”, que “eso me gusta”, sinceró, para luego hacer un íntimo desahogo sobre su padre.
En entrevista para Sin Editar, El integrante del podcast Tomás va a morir contó que “mi viejo murió hace tres meses y, dentro de la pena y todo eso, lo que más me frustra —porque yo conocía a mi viejo— es todo lo que se va a perder, como el día que —te invento— colonicemos Marte, que todas esas cosas le gustaban".
“Entonces yo decía ‘qué paja que se haya muerto antes de ver qué otras maravillas o desastres puede hacer el Ser humano”, admitió el también conductor de la radio Los 40.
“¿Murió hace dos meses tu papi? Hace poco“, le comentó Díaz. ”Sí, hace poco", evidenció el otro.
La muerte del padre de Leiva
Hay que recordar que, según él mismo había contado en capítulos pasados de Tomás va a morir, su padre tenía un cáncer que lo tenía desahuciado, hasta que falleció en julio pasado.
“¿Te llevabas bien con él?“, le preguntó ”La Fiera".
“Sí, es que teníamos una relación distante”, partió analizando: “Mi viejo era una buena persona, pero no era bueno para expresarse; de hecho, cuando me di cuenta que iba... No sé cómo explicarlo, pero uno sabe cuando está en el último minuto consciente de una persona”.
Así que “fui a ver a mi viejo y pensé: ‘estoy seguro que la próxima vez que venga ya no va a poder hablar ni nada”, evidenció, por lo tanto, el retoño tomó una decisión:
“Ese día le dije: ‘Viejo, sé que esto es complejo, porque estás consciente, vivo todavía; pero si yo no te digo esto ahora nos vamos a arrepentir los dos’”. Dicho eso “di mi parte”, según relató, es decir, le expresó que “independiente de todas sus falencias, nada nos debemos; fuiste lo mejor que pudiste dadas tus circunstancias; no fuiste un papá perfecto, pero creo que nadie lo es, y tampoco creo que yo fui el hijo perfecto. Pero te volvería a escoger como papá, tal cual”.
Y Tomás, a sus 38 años, cerró su discurso con un: “Papá, te amo”, tras lo cual “mi papá me dijo ‘gracias’. Eso fue todo”.
Aquel cierre de la historia desató las carcajadas de Díaz, mientras el otro lo acompañaba con una risa. “Murió en su ley”, resumió ella tras recuperar el aliento. “Tal cual”, coincidió Leiva.
“Es bien extraño, porque después muere la persona y sucede algo muy raro, como que no existe muerto malo durante lo que dura el proceso fúnebre, porque después se tiene que volver a reconciliar esta imagen del muerto con lo que realmente era, que luego lo que me sucedió un mes después de que muriera”, reflexionó él: “Hoy lo echo de menos, pero en muchos aspectos era un viejo culeado”, cerró.
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