En La Divina Comida, Fabricio Vasconcelos recordó su dura infancia en Brasil tras recibir como regalo una polera de su equipo favorito: Botafogo de Futebol e Regatas.

El brasileño se emocionó mucho por el regalo de Claudia Miranda. Fue entonces que habló de su amor por el fútbol y de la infancia que vivió, en donde el fútbol tuvo un rol muy importante.

“La pasión por Botafogo, viene de mi abuelo, el papá de mi papá. Y en general los equipos con así, pasan de padre a hijo. Yo me acuerdo todavía viendo los partidos con mi papá y mi abuelo”, recordó.

Antes de ser bailarín, el ex Porto Seguro reveló que durante su infancia practicó fútbol, incluso llegando a jugar en la segunda división pero no prosperó.

“En Brasil es difícil, mucha gente, mucho pituto, realmente muy complicado”, explicó.

Una infancia dura pero feliz

Tras esto, Vasconcelos recordó su niñez junto a su madre, que era dueña de casa, y su padre, que era chofer, en Sao Paulo. También contó que no veía mucho a su padre por si trabajo, ya que salía muy temprano y volvía muy tarde después de hacer horas extras.

“Hubo en alguna etapa que fue bastante dura, pero tuve una infancia la raja. De jugar a la pelota en la calle, de salir a jugar, de mis amigos que venían a mi casa”, contó.

Vasconcellos también explicó que era un barrio duro en esa época. “De los 10 amigos que tenía, quedan 3 y no por vejez, sino que han muerto. Algunos se fueron por el camino de las drogas. En fin, fue complicado”, cerró.