“Siempre me enamoraba de alguien que no me correspondía, porque supongo que mantener la distancia volvía el asunto más romántico”.

La confesión le pertenece a Peter Dinklage, actor de 52 años mayormente conocido por darle vida a Tyrion Lannister en la serie Game of thrones, una interpretación que le permitió sumar cuatro premios Emmy y un Globo de Oro como mejor actor de reparto. Y claro, el amor de los millones de televidentes que siguieron semana tras semana la ficción de HBO.

Pero no siempre corrió con la misma suerte. De hecho, como dejó al descubierto en su íntima conversación con The New York Times, Dinklage sufrió por amor. Y sufrió bastante.

“Me enamoraba de personas que sabía que no se iban a enamorar de mí, y no me interesaban las que sí mostraban interés. Así funcionaba mi cerebro, porque me autosaboteaba todo el tiempo cuando era joven”, admitió.

“Pero cuando te haces un poco mayor”, continuó la historia, “te das cuenta de que nada de eso tiene sentido. De todos modos, es algo que está bien a los 20, porque todos tenemos derecho a ser un desastre a esa edad”.

Más tarde, el actor blanqueó que se sentía “indigno” durante sus relaciones. Una experiencia personal que vinculó a Cyrano, el filme que ahora protagoniza:

“Eso es de lo que esta película trata: de esa sensación de ser indigno por la que todos transitamos alguna vez. Cuando conoces a alguien y te enamoras, de repente lo que sientes es tan importante y tan poderoso que, por supuesto, tu opción es: ‘No soy digno de esto. Esto es mucho más grande que yo’”.

Cyrano es una versión musical basada en la obra que Erica Schmidt, guionista y esposa del actor desde 2005, adaptó sobre el Cyrano de Bergerac de Edmond Rostand. Allí, Dinklage interpretará a un hombre que, como adelantó, se siente indigno de ser amado producto de su apariencia física. Por eso, a pesar de amar perdidamente a una mujer, ayuda a otro hombre para poder conquistarla.

Para cerrar, de regreso a su propia historia, el actor recordó cómo fue el inicio de su relación con Schmidt:

“Fue hace unos 18 años. Estaba en la casa de un amigo y alguien dijo: ‘Están paseando a los elefantes por el túnel Queens-Midtown’. El circo estaba en la ciudad, estaba nevando, y efectivamente estaban paseando a los elefantes por Manhattan, una larga fila de ellos. Era como algo salido de una película hermosa, fantástica, del fin del mundo, loca y romántica. Así que esa fue la noche que nos conocimos, la noche en que los elefantes caminaron por Manhattan”.