La visita de Simón Oliveros a la Vega Central dio paso a una inesperada “confesión” de Eduardo Fuentes en el Buenos días a todos.

Para hacer frente al frío matinal, el notero probó un consomé de pata de vacuno, “alto en colágeno”, según le soplaron desde el estudio.

Apenas comenzaba a saborear el platillo, Fuentes le tiró una talla a su colega. “Mira, Simón, de inmediato tu cutis se puso más terso. ¿O te pusiste bótox?”, le preguntó.

En el mismo tono, Oliveros le respondió: “Lo digo acá y lo ratifico: juro por Dios que, al igual que Eduardo Fuentes, no como otros animadores de la televisión chilena, jamás me voy a poner bótox. El día en que lo haga, ustedes me hacen bullying”.

Sin embargo, para sorpresa de todos, Eduardo Fuentes se puso serio y reveló: “Simón, sácame de tu ecuación. Pequé”.

“¿Te pusiste?”, le preguntó el notero, a lo que Fuentes sólo atinó a estirar la cara. “No hay expresión ahí”, le dijeron en el estudio.

¿Era broma?

En enero pasado, en la antesala del Festival del Huaso de Olmué, el rostro de TVN le juró a La Cuarta que jamás se inyectaría.

“Nunca me he puesto bótox porque le tengo miedo a los pinchazos, me pincho si es algo, no sé, como el Covid, pero sería un muy mal drogadicto de los 70, porque me dan miedo las agujas”, afirmó.

“No me he aplicado ni una cosa, pero sí me operé del párpado porque lo tenía caído, porque estaba viendo mal, es la única operación”, confesó.

Aparentemente, la supuesta “confesión” de Fuentes sólo sería una talla.