En medio de todas las controversias que han protagonizado desde su separación, Shakira y Gerard Piqué tuvieron nuevamente una tregua este fin de semana para celebrar el cumpleaños de su hijo menor, Sasha.

Este domingo, el pequeño cumplió los ocho años y, al igual que con la celebración de su hermano, disfrutó junto a su papá y su mamá, aunque por separado.

En algunos medios habían especulado de la fiesta del menor se celebraría en la casa de Piqué, por lo que Shakira se podría encontrar con Clara Chía. Sin embargo, no fue así.

Según informó Europa Press, este fin de semana le tocaba a la cantante estar con sus hijos, pero llegó a un acuerdo con el español para que pudiera salir con ellos en el cumpleaños del pequeño. Piqué pasó a buscar a Sasha y Milan durante la mañana y fue a comer con sus retoños y sus papás, Joan Piqué y Montserrat Bernabeu.

Después de la celebración con su familia, Piqué llegó con los pequeños hasta la casa de Shakira en Esplugues de Llobregat, donde la colombiana le tenía preparada una fiesta al cumpleañero.

El exfutbolista se fue al poco tiempo y Shakira celebró con todo la importante fiesta de su pequeño, con animadores y una “suculenta” torta. Entre los invitados se encontraba el jugador de baloncesto Kyle Kuric, con su esposa y sus dos hijos.

Varios curiosos llegaron hasta la casa de la cantante -que queda al lado de la de sus exsuegros- para saber lo que estaba pasando con la fiesta del menor. Si bien en el cumpleaños de Milan la cantante se asomó, esta vez nadie de la familia se mostró.

Un detalle que no pasó desapercibido para los que estaban en el lugar, fue que cerca de la casa de Shakira se estacionó un llamativo Ferrari de color rojo.

Según Infobae el auto era conducido por el influencer español Jordi Tortosicrack. Si bien se especuló que estaba junto a Bizarrap, el productor con el que Shakira trabajó para su más reciente exitosa canción, no ha sido confirmado.