"El dolor y el vacío que siento en mi alma es irreparable". Con estas palabras la querida Tía Yoli despedía hace unos días a Abdón Oyarzún, quien fue su pareja por más de 35 años y que el 28 de mayo falleció.

"Le dolía una pierna y yo le hice masajes. Me dijo que se sentía cansado, así que llamé al hijo y vino la ambulancia a buscarlo. En el hospital murió", recordó la "brujita" sobre los últimos momentos que tuvo junto a su compañero de vida. Eso sí, asegura que su deceso no fue por Covid-19.

"Él sufría del esófago, lo tenía muy estrecho, y lo operaron del páncreas y la vesícula. Yo creo que fue por hipertensión y el corazón, y en el hospital no se la pudieron, él llegó mal", recordó Sultana.

- ¿Descartado el bicho? Le salió negativo el examen, es imposible que hubiera estado contagiado. Estaríamos todos muertos si estuviera el virus acá.

- ¿Cómo lleva su luto? Estoy mal, porque una sabe cuando pierde a la gente. Me dejó un vacío bastante grande, se fue justo ahora cuando más lo necesitaba. Yo iba a Rancagua, Viña y Valparaíso con él, los domingos salíamos a pasear y ahora me quedé sola.

- Pero tiene el apoyo de su hija... Sí, y fuera de la familia también tengo algunas personas que me ayudan y que nunca me han fallado como amigos.

- Y sus seguidores no se quedan atrás... Pese a todo, me siento bien apoyada por la gente y porque tengo a todo Chile, muchos me han escrito por mis redes sociales.

- Usted le saca el jugo a las nuevas plataformas... Hay mucha gente en Chile y en el extranjero que me sigue. Estoy muy feliz, porque realmente Dios me ha dado nuevas oportunidades con la tecnología.

- ¿Cómo lo hace para atender con la cuarentena? Estoy trabajando por WhatsApp, la gente me escribe y yo les digo cómo es la consulta. También tengo un programa de radio desde que empezó la cuarentena, en marzo.

- ¿En qué consiste? Transmito de Facebook de lunes a sábado, a las 15:00 horas. Ahí la gente me va preguntando cosas y yo les doy mis consejos y algunas reflexiones.

- ¿Algún consejo para los lectores? Que la gente tenga calma, observo que en septiembre se empieza a abrir el camino del trabajo. Los que tengan plata no la gasten, trabájenla. Los hijos que cuiden a los ancianos, no los metan a esos hogares. ¡Ah! Y que Don Francisco haga algo para ayudar a la gente.