Confinada en su casa, saliendo pocas veces en público y rodeada de personas contratadas para preservar su salud: así transcurren los últimos días de Britney Spears.

“Tiene personal, guardias de seguridad, asistentes, ningún amigo real”, fue la información que llegó a The New York Post.

Los tiempos de fama, hits y premios han quedado atrás. Actualmente su vida es solitaria tras el fin de su matrimonio con el modelo Sam Asghari en 2023 y su polémico pololeo con su examo de llaves Paul Soliz.

Hoy, sus únicas ventanas al mundo exterior son las redes sociales y sus curiosas coreografías semidesnuda. Desde su entorno cercano buscan ayudarla, pero, según afirman, “la ley no puede ayudarla”.

“Su comportamiento es tal como se ve en línea: tiene momentos de lucidez y otros en los que se siente como una montaña rusa. Sigue siendo la persona más dulce y amable”, señaló la fuente que habló con el medio citado.

“Siempre nos preocupamos por Britney y su bienestar, y nos aseguramos de que esté bien. La pregunta es: ‘¿Cómo la ayudamos?’”, agregó.

En 2021 se terminó la abusiva tutela de Jamie Spears, padre de la artista, y de un abogado sobre ella, que se extendió por 13 años. Durante ese periodo no podía manejar sus finanzas ni decidir con quién relacionarse.

Sin embargo, el movimiento de fans a nivel global, conocido como #FreeBritney, logró presionar a la justicia hasta que esta dictaminó que la cantante recuperara el control de su fortuna —estimada entre 40 y 60 millones de dólares— y pudiera tomar sus propias decisiones.

Hace las paces con sus hijos

Actualmente no mantiene contacto con su padre y solo ocasionalmente se comunica con su madre. No obstante, se ha reconciliado con sus hijos Jayden James (19) y Sean Preston (20), fruto de su matrimonio con Kevin Federline. Incluso, han aparecido fotografías de ellos junto a la familia de la voz de “Stronger”.