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El precio que echó para atrás las intenciones de Karen Doggenweiler de lucir vestidos de Rubén Campos en Viña: sí llevará de otros tres diseñadores chilenos

El precio que echó para atrás las intenciones de Karen Doggenweiler de lucir vestidos de Rubén Campos en Viña: sí llevará de otros tres diseñadores chilenos

Rubén Campos 2

Unos diez millones de pesos, o más, pueden costar de manera fácil los vestidos de las casas de lujo, desde Dior a Versace.

La llamada "alta costura", la de verdad, que solo realizan unos cuantos talleres en Europa, se sabe, tiene esos precios -y desde ahí hacia arriba- por los materiales, la creatividad, todo hecho a mano por artesanos con décadas de experiencia.

Pero estamos en Chile y para Karen Doggenweiler fue demasiado los $ 5,9 millones que le costaba cada uno de los dos vestidos que Rubén Campos, diseñador número uno de Chile, le realizaría de manera especial para el Festival de Viña.

Por eso el equipo de la animadora declinó. Aunque Doggenweiler sí tiene cuatro modelos de creadores nacionales. Para el evento usará realizaciones de Makarena Montaner, Sebastián del Real y Paulo Méndez. Piezas que sí se adaptaban al presupuesto.

Rubén Campos no quedó contento con la negativa de la figura de Mega a quien vistió para la Gala del año 2023, la última realizada. En Zona de Estrellas declaró que el team de Karen le ofreció $1,9 millón por traje, lo que el maestro consideró "una falta de respeto".

"Ese valor no paga las horas de trabajo ni la tela", argumentó Campos. Y agregó: "Soy una persona de la moda en este país, llevo 40 años trabajando, años de trayectoria. El vestido que yo le iba a hacer costaba $5,9 millones".

Ese valor está dentro del mercado para una de las creaciones del hombre más original, importante y celebrado del diseño de vestuario en Chile. Es normal porque Campos está al nivel de cualquier casa de Italia o Paris y ha marcado hitos que van desde el modelo blanco que llevó Cecilia Bolocco en el Miss Universo que ganó, o la transparencia que usó en la Gala de Viña de 2007.

Solo que, explican en el círculo de Karen, los presupuestos de la animadora y de la industria televisiva en general, en crisis desde hace años, no dan para gastar esa cifra en un solo vestido.

Exponen, además, que en el caso del traje Schiaparelli -maison italiana top entre clientas de la altura de Demi Moore, Beyoncé o Nicoles Kidman- que incluye la anfitriona del Festival en su guardarropas viñamarino, es arrendado. Se usa y se devuelve.

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