Fernando Solabarrieta se la juega por tener una última oportunidad con Ivette Vergara: ella siempre fue la incondicional, pero ya no
Fernando Solabarrieta se la juega por tener una última oportunidad con Ivette Vergara: ella siempre fue la incondicional, pero ya no

"Perdí la cuenta", decía Ivette Vergara en 2021 sobre las veces en que, en sus 25 años de relación, 20 de matrimonio y tres hijos ya grandes, había echado de la casa a Fernando Solabarrieta y este no se fue. Pero en los años siguientes el comunicador sí se fue de la casa, volvió y se separaron de manera definitiva en abril pasado. Y ahora Solabarrieta regresó al hogar otra vez, aunque no como pareja o como matrimonio con Ivette. Está en un período de prueba, donde hace todo lo posible para que la periodista de 52 se decida a retomar su relación. Y hasta hace unos días eso aún no sucedía.
A mediados de los años '90 Fernando era un galán de la televisión cuando la televisión llegaba a marcar una barbaridad, hasta 50 puntos de rating, porque no había internet, ni celulares, ni redes sociales. Solabarrieta tenía más look que protagonista de serie de Netflix o cualquier chico reality y era un comunicador de aquellos. Mientras que Ivette poseía las facciones, figura y carisma de las súper modelos que entonces dominaban el mundo del espectáculo y talento como conductora. Se encontraron en TVN, donde ambos trabajaban y se convirtieron en rostros y el flechazo fue para siempre.
Se casaron cinco años después y en estas casi tres décadas han pasado quiebres y más quiebres, reconciliaciones y más reconciliaciones. Problemas de todo tipo y diferentes períodos en que a Fernando se le fue todo abajo en su lucha contra el alcohol, la cual ha descrito en diferentes entrevistas. Ivette estuvo ahí siempre. Contra viento y marea. Cuidándolo en todo, haciéndose cargo, celebrando en las buenas y acompañándolo en las malas, en la lucha contra sus lados menos luminosos. La única. La incondicional. Hasta que, ahora último, en esa incondicionalidad surgieron matices.
Según la investigación de Glamorama, tras la separación de abril y su ida a vivir a un departamento solo, como soltero, al periodista le volvieron algunos demonios y tormentos y problemas de tipo personal. Lejos de su mujer, el comunicador perdió el rumbo. Hasta que se dio cuenta, recapacitó y tomó la decisión de salir de la oscuridad. Recuperar lo perdido, a su familia y al amor de su vida.
Solabarrieta partió a Miami para trabajar primero en sí mismo y luego en la reconciliación con sus cariños y con Ivette. Después de un tiempo, allá se encontró con ella, visitaron a una amiga y partieron juntos a una ceremonia de su hija Maite, en Oklahoma, donde estudia, pero no como matrimonio, sino como padres.
En Miami les tomaron una foto en el aeropuerto y salieron en un video de la amiga y los portales titularon con la supuesta "reconciliación". Pero no están "reconciliados". El periodista regresó a Chile y cuenta con Ivette en su proceso de recuperación de su vida y de las personas que ama. Vergara esta vez le puso una condición para volver como marido y mujer: mantenerse bien, firme y cumplir sus promesas. Todo depende de él. Porque el amor existe.
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