Hasta por debajo de las piedras están apareciendo deudas y supuesta deudas de Francisco Kaminski. Desde que La Tercera contó que “el rey de Meiggs” llamó horas antes de ser asesinado al locutor, los matinales y espacios de farándula se han hecho un festín.

A los $ 45 millones que Kaminski dice que le quedó debiendo al “rey”, en la televisión le han sumado las platas que no le habría pagado a las dos ex esposas, Carla Jara y Edith Poblete; a un productor que trabajó con él; a una maquilladora; al ex cuñado y ahora a un vecino de Willy Sabor.

“Aquí ya hay muchas cosas que hemos sabido de Kaminski, deudas… A tu amigo también le debe plata”, le consultó Pamela Díaz al personaje de la pantalla chica en Hay que Decirlo, donde ella conduce y Willy Sabor es panelista.

Entonces Guillermo González Bravo, verdadero nombre del comunicador, respondió:

“A un vecino mío. No es amigo. A un vecino de ascendencia alemán. Kaminski, cuando hizo su fábrica de cecinas, le compró las máquinas a mi vecino y me llamó por teléfono preguntando por Kaminski por una deuda de $ 50 millones, hace como cuatro años. Yo le dije ‘en realidad no sabría cómo ayudarte, no es mi tema tampoco’”.

Y ahí quedó el asunto. No hubo más detalles, ni desmentidos ni confirmaciones, de manera oficial o extra oficial.