Desde el vestido de novia a los arreglos florales, el matrimonio de Carmen Gloria Arroyo y Bernardo Borgeat marcó un punto alto en las bodas del espectáculo.

A la ceremonia y fiesta en el centro de eventos La Casona de la Laguna -MIRA LA GALERIA DE FOTOS-, en Chicureo, asistieron más de cien invitados, como Nacho Gutiérrez, que fue de pasada porque luego se embarcó a Shanghai con Pamela Díaz; la bailarina Claudia Miranda, icono de los ’80; Eduardo Cabezas, “Fido”, ex ejecutivo de TVN y ahora en CHV; o Tonka Tomicic.

Borgeat caminó al altar del brazo de su hija, quien lucía un vestido rojo, y Arroyo lo hizo junto a su hijo menor, Vicente. Y durante la ceremonia el ex modelo y galán del dating show 40 ó 20 se le escaparon varias lágrimas.

Los recién casados se dieron un beso como de final de película, celebrado y grabado por sus amigos y familiares y entraron al lugar de la fiesta con espíritu canchero.

En vez del tradicional vals, el novio argentino de 54 años se sacó la chaqueta y realizaron un tango tipo Bailando por un Sueño para el que se prepararon con horas y horas de clases. .

En otro momento rodaron balones de fútbol por la pista central mientras por los parlantes sonaba La Mano de Dios, himno al fallecido Diego Armando Maradona, en un homenaje planeado por Bernardo. Amenizaron el Coro Contrapunto, el Saxofonista del Amor y hubo baile con Dj Manuel Sagredo.

Planearon todo tipo de detalles, como una caseta de fotos para retratos emulando la portada del Vogue, o el martillo de “la jueza” del programa de TVN en pequeño y dorado como souvenir.

Un tema que se concretó con éxito fue el vestido de novia. Arroyo fue asesorada por el modisto chileno Pato Moreno, el mismo de divas como Carola de Moras y Cecilia Bolocco. Junto a su amigui Tonka, la fueron envalentonando hasta que la abogada de 60 años optó por el tradicional blanco en un vestido con tirantes, breve escote lateral y faldón.

Una oda al minimalismo y la elegancia que se potenció con el corte de pelo y peinado de glamour clásico que le hizo Enrique López, íntimo de Tomicic. El ramo de orquídeas blancas de Tamara Herrera completó la estampa.

Borgeat se cortó el pelo, se hizo la manicure y escogió un traje tres piezas de la Sastrería Rubinstein, dirigida por el Jorge Zúñiga, que lleva décadas de corte y elegancia.

El banquete tuvo un asado en grande y trozos para impresionar realizado por la empresa del novio, Asados Pro, que utilizan unas parrillas tipo jaula inventadas por Bernardo. Todos los platos maridados con vinos de Viña Aromo.

Las flores de Francisca Lizama, de diferentes colores, tipos, tamaños, en arreglos por todo lados, en todos los rincones, le dieron el toque de romanticismo a una boda con gusto y estilo.