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“Me encantaría que algún día me pagara”: la deuda de Daniel Fuenzalida con la pareja que lo dio todo para que se rehabilitara y retomara su carrera

Daniel Fuenzalida y Pamela Cifuentes en una foto publicada por LUN en 2012.

“Me encantaría que algún día me pagara”, responde Pamela Cifuentes al ser contactada por Glamorama para consultarle por la historia de amor de una década que tuvo con Daniel Fuenzalida, desde 2006 a 2016.

El animador ha mencionado que ella fue clave para que saliera de la adicción. Lo acogió, acompañó y cuidó durante todo el proceso y lo tuvo ocho años en su casa.

Y en medio quiebre fulminante de Fuenzalida con Rosario Bravo, su ex partner en el podcast “¿cómo están los weones?”, en el círculo del animador resurgió lo que vivió Pamela.

Aseguran que lo amó, animó y apuntaló también en lo económico, con sus recursos o pidiendo créditos a nombre de ella para ayudarlo, en una época en que el rostro de la pantalla chica perdió todo y estaba bloqueado en el sistema financiero.

Pero tras el fin de la relación, y cuando Pamela quedó cesante y necesitaba apoyo, recurrió a Fuenzalida para que le devolviera la mano y él no se la dio.

Pamela no tiene nada qué ver con el mundo de la farándula. Ni siquiera veía televisión cuando conoció al “Huevo” en un cumpleaños. Entonces la madre de tres hijos, separada, ocupaba un alto cargo ejecutivo en el área de la salud privada y vivía con sus niños en una casa de alto mantenimiento. Era la única de las mujeres en la junta que no tenía idea quién era el personaje del tipo canchero que otras presentes celebraban.

“Era bien choriza en su personalidad. Le pedí el teléfono, empecé a hablar con ella y empezamos una relación. Ella es la Pamela”, relató el rostro de TVN en De Tú a Tú hace unos años. La mujer tenía una facha de aquellas. El comunicador la conquistó.

Comenzaron un pololeo puertas afuera en los tiempos en que Fuenzalida vivía con su padres tras salir de la televisión en medio del consumo de droga. Daniel -según él mismo ha narrado- estaba en Narcóticos Anónimos, un nuevo intento por superar el problema que arrastraba por más de una docena de años y le había costado su fuente laboral, su matrimonio con la madre de su única hija y su patrimonio.

A los dos años de relación puertas afuera, Pamela descubrió “un paquete” en su baño y abordó el problema con su pololo -recordó “ex Huevo” en De Tú a Tú-. Como trabajadora en el rubro de la salud, le brindó al conductor un nuevo enfoque y lo convenció y orientó para que tratara el problema de manera clínica. Ella colaboró en buscar el centro adecuado y pagó las tres semanas de internación para la desintoxicación.

Al término de ese período, y cuando “Huevo” salió de la internación, fue su pareja quien asumió la responsabilidad de recibirlo en su casa y darle toda la atención, cariño y soporte de tipo monetario para el año y ocho meses en que él continuó en terapia. Hasta que la rehabilitación se completó y Daniel estuvo listo para reiniciar desde cero su carrera en las comunicaciones. Y siguió viviendo en el hogar de su polola.

En los ocho años de la convivencia en la casa de Pamela, ella canceló las cuentas y todos los gastos del hogar, afirman las mismas fuentes. Lo apuntaló para solucionar temas financieros; supuestamente aportó para la compra de dos autos de Fuenzalida; y en el inicio de la clínica de rehabilitación Contradicción del actual rostro de TVN, entre otros ítems.

En ese mismo sentido, estuvo presente en el Twitcar del “Huevo”, su primer emprendimiento laboral tras la rehabilitación; y en la adquisición de utilería para el inicio del programa Me Late, entre otros. Y aportó en temas personales, como un procedimiento médico que se efectuó Fuenzalida.

“Pamela lo dio todo”, asegura un cercano.

En 2016 ella perdió su trabajo y se quedó en la casa. La convivencia empeoró. La relación se terminó. La profesional buscó trabajo y le costó cuatro años encontrar otro. Se vinieron encima todos los créditos y deudas.

Hizo todo lo posible para salir del entuerto, pero en algún minuto necesitó un hombro en el cual apoyarse. Recurrió a Daniel Fuenzalida, que a esas alturas ya había recuperado estabilidad económica y estaba otra vez en ascenso gracias a su regreso a pantalla y a los eventos.

En el círculo de Pamela narran que intentó un acercamiento a través de diferentes maneras. Mensajes para que se juntaran a hablar. Ella tenía un desglose de las platas que él se había comprometido, de palabra, a ir entregándole. La esperanza era que devolviese al menos una parte mínima de una deuda que no estaba en ningún papel, bajo ninguna firma, sino en el terreno de la confianza. Y no lo consiguió.

Consultada por Glamorama sobre los hechos expuestos en esta crónica, Pamela Cifuentes los confirma. Pero prefirió no hablar y solo pronunció: “Uf. ¿Sabes qué?, fue una triste etapa de mi vida, lo pasé mal los últimos años y solo espero que me devuelva plata... Me encantaría que algún día me pagara”.

Daniel Fuenzalida también fue contactado por este sitio antes de publicar. El animador reconoce que Pamela pagó su tratamiento, pero especifica que lo hizo junto “a mi hermano”. Agrega que ella asumió los gastos de la casa donde convivían. Hasta que, en 2010, dice, él retomó el trabajo y comenzó a aportar. El resto de los hechos descritos los niega.

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