“Me liquidaron. Fue como patearme en el suelo”, afirma Cristián Campos sobre el apoyo que sus colegas de Chileactores, organización que él ayudó a crear, le dieron a Raffaella di Girolamo cuando la Fundación para la Confianza publicó que se querellarían a nombre de la psicóloga e hijastra del intérprete por abuso sexual infantil.

Ahora que la Corte de Apelaciones sobreseyó a Campos de manera definitiva, dictaminando no fue posible determinar su culpabilidad en los hechos que denunció la hija mayor de Claudia di Girolamo, la figura de la televisión y el teatro expresó el daño que le causaron sus compañeros. En Podemos Hablar mencionó entre las responsables a la actriz Esperanza Silva, presidenta de Chileactores.

“¿Tú lo sentiste como una traición de tu gremio?”, le consultó la animadora Diana Bolocco

“Por cierto”, respondió la figura de 69 años, quien se explayó:

“Chileactores es una corporación de la cual yo soy socio fundador y formo parte de un pequeño grupo de actores que hicimos una donación importante en sus comienzos, hace más de 20 años. Entonces, que Chileactores subiera la carta de la familia Di Girolamo antes que comenzara el proceso judicial fue descabellado. No encontré que hubiese ninguna razón.

“Imagínate que suben una carta donde se me acusa de una cosa terrible contra otra persona. ¡Y defienden a la otra persona sin tener ninguna información! Otra persona que no es actriz.

“Esperanza Silva, que es la presidenta permanente, vitalicia de la corporación, es la que toma las decisiones, y me hizo un daño terrible. Porque imagínate que en esa situación, yo estaba trabajando en una obra de teatro, tenía tres películas. Si a ti tus propios colegas te marginan y apoyan a la otra persona, los productores que te contrataron no tienen ninguna razón para mantener tu contrato si sus propios colegas lo rechazan.

“Me liquidaron. Fue como patearme en el suelo. Por cierto que perdí trabajos.

“Dentro de las cosas que he aprendido en este año y medio es que se mezcla la nobleza con la miseria y la deslealtad más grande. No entiendo cómo mis propios colegas hacen una cosa así. Es más importante que las lucas. Si yo fuera mecánico o dentista no importaría nada, o muy poco, mi imagen pública. Pero para un actor su imagen pública, su prestigio, es su capital más grande.

“Yo, después de 50 años de trabajo, tenía un buen capital, la gente me quería. Eso del cariño del público es real, y es lo que te garantiza trabajar y pararte si te caes. Pero si tus propios colegas te hacen una asesinato de imagen antes de que haya un proceso judicial, por una especie de sororidad, de lealtad ¡¿con quién?!. Si la denunciante ni siquiera es actriz, que ahí se podría entender, que se defiendan entre colegas.

“Es brutal. Por supuesto que perdí trabajos y por supuesto que eso queda inscrito en la historia y en la mente de la gente.

“Esperanza Silva me cag... y fue un abuso de poder. Esta injusticia terrible que yo sufrí se debe exclusivamente a que es una persona que se ha acostumbrado a tomar decisiones en sí y ante sí”.