“Después el tipo se baja el pantalón, saca su... Me agarra del cuello rápidamente, me empuja”, es parte del relato entre lágrimas que la actriz Nicole realiza en Instagram, acusando por agresión sexual a “un jugador de fútbol, ex de La Roja, actual jugador de la Universidad Católica, llamado como un perro”.

La ex figura del reality Tierra Brava y de las teleseries El Camionero y Tranquilo Papá no dio el nombre del agresor:

“El 9 de septiembre vi una noticia en Página 7 de un jugador de fútbol, ex de La Roja, actual jugador de la Universidad Católica, llamado como un perro, que negaba haber tenido alguna cita en una de estas aplicaciones, como lo es Bumble, como es Tinder, y me hirvió la sangre porque es mentira. Yo salí con él, me da vergüenza, me da asco. No puedo creer que sea tan cara de raja de mentir.

“Hace un mes yo salí con este tipo. Hicimos match en Bumble. Me pidió mi WhatsApp y se lo di. Del segundo uno me decía ‘mi amor’... So weird, so freak. Lo dejé pasar. Era un tipo de red flag, pero no la vi. Después me dijo que nos juntáramos en un lugar, normal, en el Paseo Los Dominicos, que quedaba cerca de su departamento donde vive con sus hijos.

“Okey. Me arreglé. Pensé ‘cita normal, ¿qué va a salir mal?’. Pero tenía todo que salir mal.

“De partida, trató de besarme. Me corrí. O sea ‘no te conozco, no te voy a besar. Por quién chucha seas, no sé qué te crees’

Ahí debía haberme ido, pero no, no lo hic.

“Después me dijo que estaba apurado, que tenía que comprar una pizzas para sus hijos. Lo acompañé. Después hablamos muy poco. Me dijo que lo acompañara, que me quería mostrar su auto que era súper cool. No lo encontré nada de raro. Tenía un auto de lujo. Me dijo que entrara porque lo tenía cool decorado. Es la weá más flaite que he visto. Estaba lleno lucesitas arriba, parecía un motel de mala muerte, un motel ambulante, no sé que chucha

“Ahí ya pasó lo peor. Me trató de besar a la fuerza. Le dije que no. Fui súper clara. Le dije ‘¡no, tranqui, no nos conocemos! ¡¿qué te pasa?!’. Después el tipo se baja el pantalón, saca su pene, me agarra del cuello rápidamente, me empuja. Le dijo, ‘¡weón, se te van enfriar las pizzas! ¡¿qué te pasa?!’. No. Me pide que tiremos ahí, en su auto. Le dije que no, me insiste con el cuello.

“Este gallo me acosó. Y lo que quiero decir es que realmente estas weás son peligrosas. A mí me pasó y no me voy a callar, porque me siento ultrajada, denigrada, humillada. No le voy a echar toda la culpa, es siempre un fifty-fifty. Pero gallos como él no deberían estar”.