El juego de plataformas no hace ninguna acrobacia para ocultar lo que es: una versión inspirada tanto en Donkey Kong Country como a ratos en Crash Bandicoot que funciona como una forma de llevar este tipo de aventuras a consolas que no son las de Nintendo.
La reseña tiene dos caminos: uno largo y uno corto. El corto es muy sencillo: Si te han gustado los juegos de Donkey Kong Country desde Returns en adelante —es decir, desde el renacimiento 3D que tuvo en la Switch— Nikoderiko te va a encantar porque es lo mismo.
Tal cual. Salvo sus personajes principales que en vez de monos son una especie de felinos, y que los enemigos ya no son lagartos, todos los elementos de este juego: música, los escenarios, la estructura de los mundos y sus coleccionables están calcados a la serie de Nintendo.
Y puedes tomar eso como algo bueno o algo malo. Y acá es donde comienza el camino largo porque mientras lo jugaba, además de divertirme e ir descubriendo todas las cosas que la desarrolladora Vea Games iba tomando para crear este Frankenstein de las plataformas, era indudable pensar en qué momento es necesario criticar la copia y cuando podemos dejar de ser tan graves y simplemente disfrutar de un juego sencillo.
En Nikoderiko: The Magical World, asumimos el rol de dos mangostas —Niko y Luna— quienes viajan a través de una isla buscando tesoros. Allí se encuentran con el villano de turno llamado Grimbald, quien también va por el mismo tesoro y la ambición de quedarse con toda la isla.
Pero todo esto no es más que una excusa para ponernos a jugar a través de 7 mundos distintos, cada uno con su ambientación, pero todos repitiendo la misma lógica de juego: avanzar por niveles llenos de enemigos, saltos peligrosos y objetos para rescatar y finalizar cada segmento con un jefe que nos dará el pase al siguiente mundo.
Por supuesto que esta estructura tampoco la inventó Donkey Kong, pero es cosa de ver un nivel para darse cuenta de que el esquema con el que están compuestos los niveles y la progresión de las etapas es la de Donkey Kong Country Returns.
Un nivel típico funciona así: Niko o Luna, dependiendo de quien elijas, comienza el nivel con algún enemigo al cual debes saltar encima. Hay barriles para recoger y lanzar, hay pequeños ítems amarillos que flotan y que al tomarlos suenan igual que las bananas de Donkey Kong Country Returns. En cada nivel hay cuatro letras escondidas, solo que, en lugar de decir KONG, dicen NIKO. Cada nivel tiene también secretos ocultos como escenas de bonus en las que debes recolectar todos los objetos para ganar un premio. ¿Cómo se accede a estos niveles? Con un barril.
Usualmente puedes encontrarte animales que puedes montar para avanzar más rápido en los niveles como un sapo o un dinosaurio que, no me van a creer, pero puede comer y escupir enemigos como si fuera Yoshi (que no es de DK pero bueno, otro pequeño guiño).
Puedo seguir: hay un enemigo que es un erizo azul que ataca girando, hay una etapa en la que te subes a un cohete que hay que subir y bajar de altura, hay niveles en el agua con música tranquila, hay escenas donde solo vemos la silueta en negro de los personajes y por supuesto que hay secciones donde vas montado en un carrito que va sobre unos rieles y otras donde vas de barril en barril presionando el botón de salto para salir disparado en el momento apropiado. Y al terminar el nivel, tocas un barril en el que debes presionar el botón rápidamente para obtener más moneditas. Es un Donkey Kong de los nuevos, con todas sus letras.
Además, la música es de David Wise, el compositor clásico de la saga, que si bien, no logra imponer muchas melodías tan pegajosas como antaño, el estilo suyo se nota y agrega aun más espíritu al juego.
Lo más divertido de todo esto es que los momentos en los cuales el juego deja de ser como Donkey Kong, lo hace para ser como Crash Bandicoot, ya que hay segmentos en los que la vista cambia del 2D al 3D desde atrás, por lo que tendremos que seguir a nuestros protagonistas de espaldas mientras van superando ciertos desafíos.
Pero con toda la evidencia al frente mío, ¿Puedo quejarme del juego? Porque sí, si de algo es culpable Nikoderiko es por no tener ninguna idea original, pero ¿No es eso también de lo que vive hoy gran parte de la industria? Visto desde otra perspectiva: El último juego de Donkey Kong Country fue lanzado hace 10 años y sabemos que Nintendo no es muy amigo de los proyectos en donde los fans utilicen sus propiedades intelectuales, aun cuando sea a modo de tributo.
Entonces Vea Games toma este espacio desocupado, le agrega una tinta nueva en la forma de nuevos personajes, nuevas historias, ambientaciones diferentes y como alguna vez dijera Super Taldo, la misma acción, pero con distinto personaje y distinto argumento. Y más importante aun, disponible para todas las plataformas, incluyendo la Switch.
¿Cómo enojarme con una copia de Donkey Kong que simplemente nos entrega un juego del mismo estilo, entretenido y con niveles bien pensados, solo por ser una copia? En ese sentido, es una propuesta bastante honesta.
Si algo me decepcionó de esta entrega es que, considerando que gran parte del trabajo creativo estuvo en reversionar elementos de un juego clásico, podrían quizás haber puesto más esfuerzo en la parte gráfica para no verse tan genérico. Los diseños de los personajes principales son demasiado furry y no inspiran carisma, mientras que los niveles mismos tampoco tienen efectos visuales que los hagan destacar. Yo lo jugué en una Xbox Series X y salvo la resolución del juego, no sentí que hubiese una ventaja: no había modo de 120 cuadros por segundo, efectos de ray tracing o algo más llamativo, como para saber que se trata de un juego diseñado en 2024.
Finalmente, creo que hay que acercarse a este juego de la forma más sincera posible: Es un juego de Donkey Kong sin Donkey Kong, que puede jugarse en todas las plataformas y nada más. Para los que llevamos 10 años de abandono de la franquicia, es una aventura que nos va a entretener y donde se notarán las costuras de un título que no está desarrollado por Nintendo. A mí no me desagradó, pero también entiendo que hay jugadores más puristas a los que les va a molestar la evidente copia. Yo soy más relajado porque, a diferencia de juegos que intentan engañar a los usuarios mostrando una cosa y siendo otra, este es increíblemente transparente. No va a ganar ningún premio ni será recordado por su innovación, pero por lo menos entretiene. Y es claramente la forma de hacer juegos inspirados en Nintendo sin llamar la atención de sus abogados, que es lo más importante.