A pocos cientos de kilómetros del Círculo Polar Ártico existe una colonia de nuestras conocidas arañas de rincón, que en el resto del mundo llaman la "araña solitaria chilena".

Esto, porque en el Museo de Historia Natural de Helsinki, en Finlandia, vive desde hace medio siglo una constante población de estos ejemplares, que han permanecido en el lugar pese a los intentos por exterminarlas, según publicó BBC Mundo.

Aunque nadie sabe cómo llegaron ejemplares que habitan en las américas del Sur y Central, se especula que pudo ser en un cargamento de manzanas exportadas desde Argentina, o en una madera proveniente de Sudamérica que se utilizó en una investigación con roedores.

Infectado

Pero más allá de las especulaciones, lo concreto es que las autoridades del museo han intentado infructuosamente deshacerse de las arañas de rincón, las más peligrosas de los aproximadamente 100 miembros del género Loxosceles.

Primero fue en la década de 1970, cuando los responsables hallaron que el primer piso del recinto estaba totalmente infectado: estaban en los armarios y cajones, en los escritorios y estantes, y detrás de los cuadros en las paredes.

Decenas de arañas fueron exterminadas entonces, pero a los pocos días aparecieron otras nuevas.

Cuatro décadas más tarde de ese primer intento, hoy las arañas de rincón continúan con su presencia en el museo finlandés, y su gran capacidad de supervivencia parece ser la responsable.

Sobrevivientes

La "araña solitaria chilena" tiene una capacidad casi única de sobrevivencia que podría explicar que una colonia fructifique a más de 13 mil kilómetros de su lugar de origen.

Esto resultó evidente en la década de 1970, cuando un entomólogo gringo efectuó una serie de experimentos que dejaron en claro la gran capacidad de recuperación de la especie.

Según detalla el artículo reproducido por LaTercera.com, el hombrón capturó una araña hembra preñada y luego aisló a las 48 crías que nacieron. A cada una la alimentó hasta que llegó a la adultez y después puso a prueba su capacidad de sobrevivencia retirándoles toda la comida y el agua.

Los primeros en morir fueron los machos, pero 14 de las hembras sobrevivieron un promedio de 453 días a la inanición total, sin agua ni comida.

Incluso, una araña hembra consiguió vivir en estas condiciones durante 755 días, o sea, más de dos años.

Con estos antecedentes está claro que los finlandeses van a tener que ponerle mucho más pino si de verdad quieren deshacerse de las arañas de rincón chilenas.

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