
El uso de la androstona, una feromona que se encuentra en la saliva de los cerdos y que incita a las hembras a aparearse, resultaría efectiva para controlar el ladrido de los perros.
Así al menos lo señala John McGlone, investigador de la Universidad Texas Tech, según un artículo publicado en NewsCientist.com.
Según explicó el científico, todo partió cuando estaba estudiando las propiedades de esta feromona y su perro no dejaba de ladrar. Entonces se le ocurrió echarle un poco de androstona y, para su sorpresa, el can se calló altiro.
McGlone quiso saber si fue casualidad o efectivamente había sido la sustancia la que hizo silenciar al perro, por lo que decidió hacer un experimento.
A un grupo de canes los roció con la feromona y a otro con una mezcla de agua y alcohol. Luego los expuso a un fuerte ruido y los resultados mostraron que mientras el primer grupo permaneció callado y tranquilo, el segundo reaccionó con los típicos ladridos.
Al parecer una empresa ya decidió comercializar el producto que, de resultar efectivo, podría terminar con el insomnio de quienes viven junto a perros que ladran ante cualquier estímulo.
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