Aunque resulte difícil de creer, una de las ciudades más modernas del planeta, que se destaca por el alto nivel de seguridad gracias a las miles de cámaras de vigilancia instaladas en todas partes, vive una especie de epidemia por la alta presencia de zorros.

Tal cual, porque desde hace un tiempo a esta parte el centro de Londres muestra una cara distinta gracias a la presencia de alrededor de 10 mil zorros que se han instalado en parques y calles de la metrópolis.

Aunque pareciera que 10 mil animalitos en una ciudad de 8 millones de habitantes no es tanto, la verdad es que la opinión entre los ciudadanos está dividida entre los que apoyan su presencia y aquellos que la ven como un potencial peligro.

Entre los primeros destacan animalistas que aseguran que las historias sobre ataques de zorros a niños o mascotas son exageraciones.

Entre los segundos, en tanto, se cuentan quienes creen que su presencia es negativa no sólo por las historias ya referidas, sino también porque

rompen las bolsas de basura, dejan sus heces por todas partes y, como no están vacunados, pueden transmitir una serie de enfermedades si muerden a una persona o animal

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Mientras los londinenses deciden qué hacer ante esta impresionante manada de zorros que deambula por la ciudad, diversas entidades vinculadas al tema entregan sus propios antecedentes para la discusión.

"Hemos registrado tres 'ataques' de zorros en los últimos once años", dice al respecto Trevor Williams, director de "The Fox Project", dedicado a la protección de estos mamíferos.

En la vereda del frente está Boris Johnson, cuyo gato fue agredido por un zorro. Incluso, medio en broma, medio en serio, afirmó que "si la gente quiere juntarse y salir de caza (de zorros) por (el barrio londinense de) Islington, yo voy con ellos".

Se estima que hay unos 33 mil zorros "urbanos", o sea que residen en las grandes ciudades de Inglaterra, mientras que otros 250 mil viven en el campo.