Aunque con la emoción del momento puede parecer una buena idea regalarle una mascota la pareja para San Valentín, lo cierto es que la experiencia demuestra que es todo lo contrario.

Un cachorro de perro o gato es súper tentador, ya que despierta en las personas sentimientos de ternura y ganas de acariciarlo, pero la realidad es que estos animalitos crecen y requieren de muchos cuidados por parte de su dueño.

Por ello, la experiencia dicta que aquellos animalitos que se regalan sin consulta o planificación terminan transformándose, casi siempre, en una molestia de la que se suele salir abandonándolos en la calle o entregándolos a un refugio.

En declaraciones entregadas a ElVacanudo.cl, el director médico de Mekopet, Enrique Reyes, se refirió al tema y afirmó que "las personas no entienden que a diferencia de un peluche, un animal tiene necesidades. Además de comer y dormir, los cachorros requieren de atención veterinaria y dedicación. Es decir, el dueño debe destinar dinero y tiempo para la crianza del cachorro, cosas que no se consideran al momento de elegir regalos por impulso".

Según este veterinario, es común que dos o tres meses después de Navidad o de una fecha como San Valentín las veterinarias reciben solicitudes de ayuda para deshacerse de los cachorros ya crecidos que se volvieron problemáticos porque no hubo una planificación previa.

"Asimismo, las agrupaciones de protección animal reciben más llamadas de quienes buscan deshacerse de un animal. Otros, con menos escrúpulos, simplemente los abandonan a su suerte en comunas  rurales o en una plaza", puntualiza Reyes.

Finalmente, les recordó a quienes están pensando regalarles mascotas a sus parejas que "hacerse cargo de una mascota es una responsabilidad. Eso implica que la personas que decidan comprar, o lo que es mejor, adoptar una, deben  tener claro que estas  pueden vivir más de 15 años y que durante ese tiempo los deben alimentar, llevar al médico y educar".