Luego de dos años de metódico tratamiento perruno, "Felipitbull", el can experto en el choreo de paraguas de la Plaza Italia, se encuentra listo para volver a una casa que lo reciba con algún huesito y una cepillada en el espinazo.

Tan buena fue la labor  de rehabilitación y cariño del Refugio Matpet en Curacaví, que al cachorro ni se le ocurre tirársele a los distraídos peatones en su adicción por quitar paraguas.

Víctimas que hace sólo un par de años fueron presas del desconcierto, al sentir cuando este pitbull les arrebataba su paragüita. Una situación que se  ponía color de hormiga si al valiente sociate le daba por recuperar su pertenencia, ya que el chorizo animal los miraba de reojo, pelaba los dientes y sacaba un gruñido de bestia del pantano que frenaba cualquier afán por recobrar su invernal sombrilla.

"Ahora él es otro, sale a correr por los cerros, salta mejor que una langosta y se cuelga de las ramas de algunos eucaliptus hasta aflojar las ramas malas; es nuestro mejor podador", contó orgullosa Marcela Werner, la creadora del refugio que por estos días ya cuenta con 143 animalitos.

Listo para reinsertarse

Para Marcela, que tiene más corazón que anticucho peruano, mantener esta iniciativa y haber recuperado al juguetón ladronzuelo para que la gente lo adopte, es un trabajo que valió la pena.

"Ya no roba paraguas, cambió de hábitos. Está listo para reinsertarse en la sociedad. Come pellets como todos, pero le gusta mucho el arroz con jurel y se vuelve loco con las salchichas", contó la gestora de esta arca de solidaridad.

En los dos años que lleva en la guarida de cariño, se ha mostrado muy querendón con la gente. "Solo que a veces se le pasa la mano con el cariño y quiere que lo rasquen más de la cuenta, pero se lo merece, ya que es un ejemplo de cómo con disciplina una mascota puede volver a estar con una familia lejos de la calle", movió la cola Carlos Saa, voluntario del refugio,

Saa soltó a La Cuarta que sus mejores amigos-perros son el "Bernardo" (mezcla de San Bernardo) y el "Marley", otro pitbull algo volado, pero muy buena onda, que junto al trabajo de voluntarios sacan día a día a perros que les ha tocado ladrar con la fea.