Lo habitual es que cuanto tu perro o tu gato se enferman, o son operados, tengan que usar el famoso collar isabelino. Un accesorio indispensable que le impedirá a tu mascota rascarse, lamerse o morderse la herida.

Pero para los coludos, esto puede ser una tortura y un sufrimiento que les impide moverse con la libertad a la que están acostumbrados.

Para evitar que se sientan muy incómodos, los veterinarios sugieren algunas recomendaciones:

Acompáñalo

Lo principal es estar con tu mascota cuando le pongan el collar isabelino. Si se lo ponen en la veterinaria, debemos tranquilizarla, ya que se pondrá nerviosa por la situación. Lo ideal sería ponérselo en casa, ya que es un ambiente que siente más confiable.

Guíalo

Trata de quitar las cosas con las que puedan chocar o quedarse atascados. Esto le dará más seguridad, ya que se verá capaz de hacer una vida casi normal.

Ayudarle a comer

Eleva los recipientes de alimentos balanceados y bebederos, para que puedan acceder de manera más cómoda. Si el veterinario te lo permite, puedes quitarle el cono para que coma y beba más tranquilo. Si no es posible, busca la forma de que pueda comer fácilmente, sobre todo si no estás todo el día en casa.

Anímalo

Si ves que intenta quitárselo o morderlo, debes corregirlo para que deje de hacerlo. Cuando esté tranquilo, dale un premio, para que entienda que está bien ese comportamiento.

No le grites

Ármate de mucha paciencia con tu mascota y no le grites, ya que ellas captan nuestra energía y eso aumenta su agitación.

Poner ojo con al agua de sus recipientes

Para asegurarte de que se esté hidratando correctamente, observa el nivel del agua. Si no baja, el animal no está bebiendo y debes ayudarle a que lo haga.

Observa su estado de ánimo

Si está demasiado molesto o deprimido, consulta con su veterinario para evaluar si pueden quitárselo durante cortos periodos, pero siempre bajo la supervisión de una persona responsable.

Busca el collar adecuado

Encuentra el que más cómodo le resulte, ya que hay distintos materiales y no todas las mascotas son iguales.

No los toques de costado

Al tener la visión reducida se sienten inseguros y pueden morder o, en el caso de los gatos, rasguñar.