Más que fiel que Penélope en el andén con su vestido de domingo, los astrónomos descubrieron un asteroide que ha estado siguiendo a la Tierra durante, por lo menos, ¡250.000 años!

¡Ese sí que es amor de verdad! Na' que ver con el de Romeo que paró las chalupas medievales a la primera.

Este asteroide, cachado hace poquito por los capos Observatorio de Armagh de Irlanda del Norte ha perseguido a su enamorada sin preguntar ni chistar por los siglos de los siglos. Parece que incluso está íntimamente relacionado con el origen de nuestro planeta.

"Su distancia media al Sol es idéntica a la de la Tierra", dice el Dr. Apostolos Christou -uno de los científicos a cargo del sapeo- "pero lo que realmente me impresionó lo similar que su órbita era a la de la Tierra".

"Sé valiente y decídete"
La mayoría de los asteroides cercanos a la tierra tienen órbitas parecidas a la forma de un huevo duro, pero este objeto, denominado "2010 SO16", es completamente distinto. El caminito que sigue el enamorado es casi circular, o sea, no puede acercarse a ningún otro planeta del sistema sólar, sólo a Tierra. ¡Es tan fiel que no sale ni a echar una canita al aire!

Los mateos metieron la cuchara hasta el fondo y averiguaron que "2010 SO16" es tímido y no se atreve a hablarle a su tierna Tierra, que probablemente nunca lo ha mirado por encima del ocaso ¡Pérfida!

El asteroide se demora 175 años es hacer la vueltita tipo herradura para acercarse a su inspiración. "Se mantiene alejado de la Tierra. Así que bueno, de hecho, probablemente ha estado en esta órbita varios cientos de miles de años, y nunca se ha acercado a nuestro planeta menos de 50 veces la distancia a la Luna", explicó David Asher.

¿Un plebeyo?
Asher y Christou están más metidos que colaless, así que ahora intentan averiguar al menos el apellido del pretendiente, lo más probable es que sea un asteroide ordinario, procedente del Cinturón Principal entre Marte y Júpiter. Si ese fuera el caso, la historia de amor del Príncipe Guille y la Cata Middleton podría repetirse en el Universo, ¿o no?