Búlgaro brutus cambió a su esposa por una cabra porque no le dio ningún hijo

El apacible poblado de Plovdiv, Bulgaria, vivió una de las experiencias más insólitas de su historia.

El granjero Stoil Panayotov llegó hasta la feria local con una idea fija: Cambiar a su esposa por una hermosa cabra.

El hombre de 54 años estaba chato de su matrimonio con su esposa María, porque durante nueve años jamás le regaló la dicha de ser padre.

Por más empeño que le hacía y recurriendo a posiciones tan intrincadas como la del violín gitano y la del parachoque, su mujer jamás quedó embarazada.

Panayotov llegó hasta el mercado junto a su esposa y según le soplaron, había un locatario que jamás le había visto el ojo a la papa y quería puro casarse.

Apenas Panayotov vio la hermosa cabra que ofrecía el virgen locatario, se enamoró de su pelaje y su hermosa barba blanca.

Le preguntó a su esposa si quería irse con él. Luego de una minuciosa inspección ocular a su futuro marido, la mujer dijo "bueno, ya". La transacción estaba lista.

El humilde y desquiciado granjero se fue para la casa con su cabra, y según cuentan en el pueblo, su ex esposa no sale hace días de la casa, enclaustrada en una intensa luna de miel con su nuevo marido.

Panayotov aprovechó la soledad de su hogar para contarle a su nueva cabra que estuvo casado tres veces pero que ninguna fémina lo hizo feliz.

"Mi mujer jamás me dio hijos. Yo al menos sé que esta cabra ha tenido tres crías, lo que me asegura felicidad en el futuro", dijo el granjero con los ojos desorbitados.

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