Por Paulo Quinteros“¡Deje de esconderse detrás de su cobardía!”: Gisèle Pelicot enfrenta al hombre que niega haberla violado
La mujer de 72 años idió al único condenado que aún niega su culpabilidad que asuma su responsabilidad.

En un nuevo capítulo del caso que estremeció a Francia, Gisèle Pelicot, de 72 años, volvió al tribunal de Nimes para encarar al único de sus agresores que todavía niega haberla violado.
Frente a Husamettin Dogan, un exobrero de 44 años que apeló su condena, Pelicot fue contundente: ““¡Usted no es de ninguna manera una víctima del señor Pelicot! ¡Asuma la responsabilidad de sus actos y deje de esconderse detrás de su cobardía!”.
El hombre había sido sentenciado a nueve años de prisión por violarla en 2019, tras ser invitado por el entonces esposo de la mujer, Dominique Pelicot, quien la drogó con sedantes y permitió abusos reiterados durante casi una década.
Dominique Pelicot fue condenado en 2024 a 20 años de cárcel, la pena máxima, junto a otros 49 hombres que recibieron entre tres y quince años.
De los 51 condenados originales, solo Dogan mantuvo su apelación. Los otros dieciséis que lo habían hecho desistieron antes del juicio reabierto el 6 de octubre de 2025.
Durante la audiencia, Gisèle Pelicot afirmó que “nunca dio su consentimiento” y recordó que los verdaderos responsables de la violencia sexual son quienes la ejercen, no quienes la padecen.
Los investigadores hallaron más de 100 fotos y 14 videos del encuentro, en los que se ve a Dogan abusando de una Pelicot inconsciente mientras él y su esposo susurran para no despertarla.
Pese a las pruebas, el acusado insistió en que creyó participar en un “juego de pareja” y culpó al exmarido, alegando haber sido manipulado.
El propio Dominique Pelicot lo desmintió, asegurando que Dogan sabía que su esposa estaría dormida y que participó “de forma voluntaria” en la agresión.
En la sala, Gisèle Pelicot fue recibida con aplausos por el público. “El daño está hecho, tendré que reconstruirme desde las ruinas, pero voy por buen camino”, expresó emocionada.
Desde el primer juicio, su testimonio impulsó cambios legales sobre la definición de violación en Francia y la convirtió en un referente público.
Sin embargo, ella rechaza ese papel. “Dejen de decir que soy un ícono”, pidió. “Soy una mujer común que levantó el velo del secreto”.
Antes de salir de la sala, dejó una última reflexión: “Si alguna mañana otras mujeres despiertan y no recuerdan, pensarán en mí”.
El veredicto se conocerá el próximo jueves.
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