Nuevos e impactantes antecedentes surgieron esta semana en torno al asesinato de una joven refugiada ucraniana a bordo de un tren en Charlotte, Carolina del Norte, Estados Unidos.

El homicidio, ocurrido el 22 de agosto, recobró relevancia mediáticas luego que las autoridades publicaran el video de vigilancia del brutal ataque.

La grabación muestra a un hombre con una navaja atacando sin previo aviso a Iryna Zarutska, de 23 años, mientras viajaban en un tren del Sistema de Tránsito del Área de Charlotte.

¿Quién era Iryna?

Iryna Zarutska, conocida como Ira, había llegado a Estados Unidos hace tres años junto a su madre, hermana y hermano en busca de seguridad frente a la guerra de su país natal con Rusia.

Su familia la describió como una “artista talentosa y apasionada”. Y es que, pese a su corta edad, la joven contaba con un título en arte y restauración obtenido en una universidad de Kiev.

El sospechoso del caso, identificado como Decarlos Brown, de 34 años, ha sido acusado de asesinato en primer grado. Un juez ordenó que fuera internado en un hospital local por al menos 60 días para una evaluación psiquiátrica. El sujeto ya contaba con 14 casos criminales previos.

Brown pasó varios años en prisión por robo a mano armada. Su arresto más reciente fue en enero por uso indebido del 911, luego de llamar a la policía para denunciar que alguien había colocado dentro de él un material “artificial” (como un chip) para controlar su comportamiento.

Habla hermana del asesino

Tracey Brown, hermana del acusado, apuntó a un fallo estructural en la atención de la salud mental. De hecho, recordó que en varias ocasiones su hermano intentó ingresar en hospitales, pero sólo lo tuvieron bajo observación durante 24 horas.

La situación se tornó tan incontrolable para la familia que, de acuerdo a la mujer, ellos también han sido víctimas de episodios de violencia protagonizados por Decarlos.

Según su hermana, todo empeoró tras cumplir seis años de cárcel, desde donde regresó “irreconocible” y con conductas paranoicas.

“No culpo a nadie más que al Estado. Él pedía ayuda y nadie lo escuchó. Una mujer inocente ha perdido la vida por ello”, lamentó.