María José Estupiñán (22) era una estudiante de periodismo que, con su belleza y personalidad, ya brillaba en redes sociales.

Cuando su vida parecía ir en ascenso, un asesinato a sangre fría puso fin a sus días en la ciudad de Cúcuta, en Colombia.

Se trata de un reciente crimen que genera preocupación e indignación en el país cafetalero.

De acuerdo a los antecedentes arrojados por la investigación, el victimario llegó al domicilio de la joven influencer simulando ser un repartidor.

De hecho, el desconocido portaba una supuesta caja de chocolates, la que sería entregada a María José.

“El sujeto tocó la puerta y se identificó como mensajero de una empresa de domicilios”, explicó un portavoz policial. La joven, sin sospechar que se trataba de una trampa, salió al encuentro.

Fue así como, en cuestión de segundos, sobrevino la tragedia: el hombre sacó un arma de fuego y disparó a quemarropa contra la joven.

María José fue trasladada de urgencia a un centro asistencial, pero no resistió. En el recinto médico sólo se pudo constatar su deceso.

En sus redes sociales, María José compartía contenido relacionado con moda, estilo de vida, reflexiones personales y su día a día como estudiante de comunicación. Miles de personas le seguían.

“Tenía sueños, proyectos, una vida entera por delante”, señaló una de sus compañeras de clase, en diálogo con la prensa local.

Teoría del crimen

En vista de los antecedentes, los investigadores creen que se podría tratar de un crimen por encargo.

Por lo mismo, ya se están analizando posibles conflictos personales, amenazas previas o vínculos sentimentales.

“Estamos ante un hecho de altísima gravedad. No se trató de un intento de robo, sino de un ataque directo con el propósito de matar”, señaló uno de los investigadores.

¿Alguna sospecha? Semanas antes de su muerte, la joven publicó algunos mensajes que podrían interpretarse como señales de conflictos personales. Sin embargo, nada que permita responsabilizar a terceras personas.

“Me la arrebataron sin piedad”

En declaraciones ofrecidas a medios locales, la madre de María José expresó entre lágrimas que “era mi única hija. Me la arrebataron sin piedad, sin razón”.

“Queremos respuestas. No podemos aceptar que una vida tan valiosa haya sido destruida así”, agregó su padre.