La escritora y bloggera gringa Brittany Gibbons se sentía incómoda con su cuerpo y con la autoestima por el piso. La mujer se sentía como el ajo tras tener a su tercer hijo, no le gustaba mirarse al espejo y evitaba a toda costa que su esposo la viera como el Pulento la echó al mundo. Además, las excusas de "me duele la cabeza" y "estoy cansada" eran cosa de todos los días, para evitar el ring de cuatro perillas.
Pero una amiga le dio un consejo que le cambió la vida: tener sexo todos los días con su marido, por un año completo. Al principio, Brittany se mostró incrédula por los resultados, pero su marido, Andy, se mostró dispuesto a hacer la prueba con tal de lograr que ella se sintiera mejor.
Al principio, le costó un kilo mantener su palabra, pero a medida que pasaban los meses, la bloggera empezó a entusiasmarse y le empezó a poner empeño a su vida sexual.
"El sexo generó más sexo", aseguró Gibbons en un artículo para el sitio GoodHousekeeping. Y lo más bacán, fue que la creatividad sustituyó a la rutina y la pareja empezó a ponerle weno en varios lugares del palacete, como el lavadero, el vestidor y hasta el garage... ¡Qué rico!
Además, la química y complicidad de la pareja se fue a las nubes. El ñiqui ñiqui los ponía más cariñositos y empezaron a demostrarse el afecto en diversas circunstancias de la vida: "Nos tocábamos los brazos al pasar y nos besábamos antes de ir al trabajo. Nuestra relación se hacía cada vez más fuerte a medida que aumentaba la intimidad".
Finalmente, la autoestima de Gibbons mejoró y la percepción de su cuerpo fue otra, ya que dejó de urgirse por sus kilos extras y se enfocó más a disfrutar. Pese a que ya no le ponen todos los días, Brittany asegura que su actitud cambió para mejor.
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