Después de seis meses de encarnizada lucha entre rebeldes y soldados leales a Muammar al Gaddafi, el líder libio estaría a un paso de cerrar el palacio por fuera.

A medida que el ejército de liberación libia ganaba terreno en la capital Trípoli, las malas noticias para el barbón cayeron como bombas. El primer golpe fue la confirmación de que Abdel Salam Jalud, su mano derecha, había arrancado a Italia, según confirmó el ministerio de defensa tano.

El segundo combo a Muammar fue la captura de  tres hijos por los rebeldes: Seif el Islam, Mohammed y Saadi, según Al Jazeera.

El tercer pencazo al régimen fue un ataque sorpresa de noche a la capital, en donde las fuerzas que buscan derrocar el régimen llegaron hasta la Plaza Verde, el último bastión de los leales al barbón y en donde se armó la fiesta hasta altas horas de la madrugada.

Mientras las noticias del avance de la resistencia hacían eco en todo el mundo, la cadena Al Arabiya informaba que la guardia personal de Gaddafi, sus soldados más leales, deponían las armas y huían ante la presión rebelde.

Ante el negro panorama, cerca de la medianoche Muammar lanzó un discurso por TV pidiendo a sus seguidores que salvaran Trípoli a como dé lugar. Llamó a las tribus libias a unirse "contra los traidores" y armarse si no querían convertirse en esclavos.

Fuentes del gobierno indicaron que estaba listo para sentarse a conversar con los rebeldes por el cese al fuego, indicó Reuters.

Por otro lado, el vocero de la resistencia indicó que sólo terminarán el asedio si Gaddafi se va del país.