Para solventar los gastos de su vida, Linda de Sousa Abreu llevaba una doble vida. De día era guardia en la prisión del distrito de Wandsworth en Londres y de noche, una modelo de OnlyFans. Dos vidas paralelas que no solían mezclarse hasta que todo cambió este fin de semana, cuando un escandaloso video sexual se filtró en redes sociales.

En él, se veía como una guardia de seguridad, con su uniforme de servicio, tenía sexo dentro de una de las celdas, con uno de los presos del recinto. El hecho significó no solo la renuncia y la detención de la guardia por el delito de mala conducta en una oficina pública, sino que también que se conocieran sus líneas de trabajo aparentemente incompatibles, sobre todo en el mismo espacio.

Tras una rápida investigación se descubrió que Linda De Sousa es una ciudadana de origen portugués que está casada con Nathan Richardson, un peleador de MMA con quien tienen un hijo. La pareja, de hecho, aparece dentro de esta cuenta de Only Fans, en la que, según la bio de Linda, se trata de una mujer felizmente casada, y define su contenido como “una latina sexy que quiere compartir el contenido más caliente. Experimenta mi vida real, mi amor real, sexo y orgasmos reales”.

Pero antes de OnlyFans, esta pareja también solía compartir su amor con el mundo, ya que fueron protagonistas de un episodio de un reality del Canal 4 de Reino Unido llamado “Open House: The Great Sex Experiment”, en la cual ambos compartieron en una orgía swinger con 15 personas.

“La monogamia es una construcción social que debe ser desmantelada” aseguraba en ese entonces Linda de Sousa, quien, en paralelo, se desempeñaba como guardia en otra prisión. Además del propio acto sexual, también se está investigando cómo es que llegaron a manos de los reclusos los equipos celulares con los cuales se grabaron estas escenas, las que habrían sido hechas para que los presos las compartieran de manera interna y así se sintieran menos solos.

Linda De Sousa, quien se disponía a salir de viaje al momento de su detención, no podrá salir del país hasta la última semana de julio, cuando se enfrentará a la justicia para determinar qué castigo tendrá que recibir por estos actos.