El Ministerio de Bienes Culturales de Italia contrató a expertos en espíritus chocarreros para investigar extraños sucesos ocurridos en el Museo Arqueológico de Nápoles, al sur del país.

La medida gubernamental se adoptó luego que los maestros que le echaban una manito de gato al recinto apretaran cachete y dejaran tiradas las obras, ya que alegaron presencias sobrenaturales que les movían las cosas durante las faenas.

Tras el sapeo, el arquitecto encargado de la remodelación, Oreste Alberano, llegó a cachar con sus propios ojos los pataleos de los trabajadores y quedó helado luego de fotografiar la silueta de una niña, quien al momento de captar la imagen no estaba ahí.

Según informó el diario Il Mattino de Nápoles, que hizo famosa a la mini fantasma, la dire del museo, Valeria Sampaolo, peló que "más que fantasmas" lo único que se ha visto son "turistas de carne y hueso".

"Es algo carente de cualquier fundamento, pura fantasía. Haremos un comunicado oficial de desmentido, y nos gustaría que se hablase del museo por su actividad", criticó la muy incrédula.