Horas antes de abrir fuego en la escuela católica Annunciation de Estados Unidos, quitándole la vida a dos niños, el asesino identificado como Robin Westman subió videos a YouTube mostrando un cuaderno escrito en clave. Estaba plagado de frases violentas.

En esas páginas, según consta en el New York Post, reconocía su “fascinación” con el tiroteo de Sandy Hook y fantaseaba con “ser ese monstruo parado sobre niños indefensos”.

El documento mezclaba códigos con símbolos escritos en cirilico, utilizado en varias lenguas de Eurasia, además de referencias a armas y dibujos del interior de la iglesia.

También incluía mensajes contradictorios: pedía oraciones por las víctimas, mientras celebraba la idea de ver morir a niños y exaltaba a otros asesinos masivos.

Las notas estaban llenas de consignas políticas y religiosas torcidas. En sus páginas aparecían frases antisemitas, llamados a que “caiga Israel”, burlas a la cobertura mediática y adhesivos superpuestos de la bandera trans - ya que en un momento se identificó como mujer e inclusive cambió su nombre - junto a un rifle AK-47.

Westman escribía además que consideraba atacar figuras como Donald Trump o Elon Musk, aunque negaba motivación política: “Lo hago porque estoy enfermo”.

Una mente quebrada y su “última acción contra este mundo”

Westman, de 23 años, era exalumno de la escuela donde ocurrió la masacre.

Su madre trabajó allí como secretaria hasta 2021 y es una persona muy querida por la comunidad.

Según excompañeros, entrevistados por el canal 5 de Minnesota, el asesino en su adolescencia mostró comportamientos erráticos, como gestos de admiración a Hitler o escribir mensajes en clave para que nadie pudiera entenderlos.

Documentos judiciales muestran que en 2020 obtuvo un cambio legal de nombre, de Robert a Robin, reflejando su identidad de género.

Sin embargo, en escritos posteriores mostraba ambigüedad sobre sentirse hombre o mujer, y hasta vinculaba su vestimenta con la preparación del ataque.

En sus videos, además de mostrar armas, lanzó insultos raciales, hizo gestos de supremacía blanca y exhibió camisetas con símbolos extremistas.

Sus armas estaban marcadas con nombres de otros atacantes involucrados en tiroreos masivos, así como referencias al Holocausto.

El manifiesto también revela un trasfondo depresivo. En una carta a familiares escribió: “Estoy severamente deprimido y he sido suicida por años. Solo recientemente he perdido toda esperanza”.

Al final admitía que sabía que estaba mal, pero no podía detenerse.

“Llevo tanto tiempo deseando esto. No me siento bien. No estoy bien. Soy una persona triste, atormentada por estos pensamientos que no desaparecen. Sé que esto está mal, pero no puedo evitarlo. Estoy muy deprimido y he tenido pensamientos suicidas durante años. Solo recientemente perdí toda esperanza y decidí llevar a cabo mi última acción contra este mundo”, escribió en su manifiesto.

En los últimos segundos del video aparecía un esquema de la iglesia. El sujeto lo perfora con un cuchillo, detiene el movimiento con un temblor visible y, al apartarse del papel, alcanza a susurrar: “Me suicido”

La tragedia culminó con su muerte por un disparo autoinfligido tras asesinar a dos niños e herir a otras 17 personas.

Su último mensaje a sus cercanos

Su manifiesto también incluía un mensaje dirigido directamente a su familia, donde expresaba disculpas y un sentimiento de despedida.

“A mi madre y a mi padre, lamento no haber resultado como ustedes esperaban. Ustedes no me fallaron, me dieron tanto. Realmente aprecio el amor que me han dado, siento que fui criado para ser una buena persona. He mantenido esos rasgos de empatía, autosacrificio y buen carácter. Por favor, no piensen que han fallado como padres. Fui corrompido por este mundo y he aprendido a odiar lo que es la vida”, escribió.

“La vida es amor, la vida es dolor. Hay demasiado que aceptar, demasiadas cosas con las que lidiar solo para vivir. Estoy cansado del dolor que este mundo reparte. Por favor, sigan adelante y continúen dando su amor a mis hermanos y hermanas, y al resto del mundo. Puede que ellos no los perdonen, pero ustedes necesitan seguir adelante sin mí. Olviden mi vida y el dolor que he causado. Los amo a ambos. Gracias por todo. Lo siento”, planteó.

En otra parte, el autor del ataque también se dirigió a sus hermanos, anticipando las consecuencias que sus acciones tendrían sobre ellos: “A mis hermanos, lamento manchar para siempre el resto de sus vidas. Sus carreras, vidas, relaciones, todo se pondrá de cabeza. Por favor, aférrense a quienes son, no a quien soy yo. Cambien sus nombres si deben hacerlo”, agregó.