Una cabrita colombiana de 17 años estiró la patita de puro pretenciosa. La inocente chiquilla estaba contenta con la delantera que Dios le dio, pero por contrapartida le avergonzaba terriblemente su retaguardia que tenía menos volumen que una canción de mudos.

A pesar del apoyo de su familia la víctima cateteó tanto hasta que consiguió el permiso y las monedas para recaucharse los cachetes. Lástima que como ha ocurrido con algunas compatriotas nuestras, ella dejó de lado la seguridad por la economía.

Feliz por el futuro esplendor que la tendría de número fijo para el Miss Reef, la joven se entregó a las manos de una esteticista más chanta que la vieja guatona de los quesitos mágicos. ¡La "carnicera" le rellenó los glúteos con implantes de cemento dental!

El hecho ocurrió en la región del Guaviare al sur de Colombia. La menor murió de un paro cardíaco. Sufrió complicaciones hepáticas y pulmonares a causa de la cochinada que le inyectaron. Sus riñones no aguantaron la infección que terminó con la pobrecita en un cajón.