Aburrida de usar rellenos en los sostenes y dar abrazos planos a sus nietecitos, una mujer de 83 años oriunda de Los Angeles, California, decidió entrar al quirófano y ponerse así unas pelotas de silicona en los "peshos". ¿El resultado? Pasó de usar talla 32A a unos admirables 36C. ¡Ahora se siente como cabra de 18!

Marie Kolstad, cuyos senos se los pelearían la Luli, la Barrientos y hasta la Roxana Muñoz, se operó en una clínica el pasado 22 de julio y pagó unos ocho mil dólares, algo así como cuatro millones de pesos, por darse el gustito, según indicaron varios medios norteamericanos.

La nona, envidia de cualquier modelo farandulera o nadadora, explicó a Los Angeles Times que "los pechos iban en una dirección y tu cerebro en otra. Físicamente estoy de buena salud, y sentí ¿por qué no aprovecharme de eso? Quiero que mis hijos se sientan orgullosos de cómo me veo".

"Es algo con lo que sueñas. Sólo quería unos bonitos. No quise nada extravagante ni fuera de lugar. ¡Ahora están firmes y redondos!", remató la nueva tía Teta.

Kolstad está viuda y actualmente tiene 4 hijos, 13 nietos y 12 bisnietos. A sabiendas que su familia no aprobaría la cirugía plástica, decidió hacerla calladita para luego mostrar los increíbles resultados. Pese a la polémica nacional suscitada con sus nuevas lolas, anda feliz por la vida y sacando pechito.

La agencia EFE publicó que el año pasado entraron a quirófano unos 84 mil adultos mayores. De ellos, casi la mitad se hizo el famoso "lifting" para sacarse unos años de encima. Las otras más populares son las operaciones de senos, pero para levantar, reducir y agrandar.