Debido a la crisis económica, tanto el gobierno como la oposición consideran inevitables recortes presupuestarios, que obligarán a todos a apretarse el cinturón, todos menos a la reina Isabel y su familia, según el diario The Guardian.

El Parlamento no podrá recortar los 7,9 millones de libras (8,7 millones de euros al cambio actual) que el Estado entrega a los "royals", como se les llama en british, para sus gastos, indica el periódico.

El presupuesto no se mueve por un acuerdo al que llegó el palacio de Buckingham con el Ministerio de Hacienda, en 1972, cuando se elaboraron las leyes que siguen rigiendo en materia de finanzas reales.

El crítico diputado demócrata Norman Backer peló: "Si la Familia Real no tiene suficiente dinero, el castillo de Windsor podría entregarse al Patrimonio Nacional para que lo abra al público y pague por visitarlo".