Cuatro miembros de la Guardia Suiza dieron positivo al coronavirus y presentaron síntomas, informó el lunes la Santa Sede, en momentos en los que un repunte en los casos de coronavirus en la Italia circundante penetra los muros del Vaticano.

La Guardia Suiza, el ejército más antiguo del mundo, brinda protección durante la misas papales, vigila las puertas del Vaticano y ayuda a proteger al papa Francisco, de 83 años.

Los cuatro miembros están aislados y se están rastreando sus contactos, dijo el Vaticano. Se unen a otros tres residentes de la Santa Sede que dieron positivo al virus en las últimas semanas, además de la decena de funcionarios que se contagiaron durante la primera ola del brote.

Alerta en el Vaticano

Pese a los casos confirmados entre sus propios guardias, Francisco volvió a ser visto el lunes sin portar una mascarilla. Saludó afectuosamente al cardenal George Pell en su estudio privado, y ninguno de los dos utilizaba cubrebocas. Un secretario de Pell y un fotógrafo del Vaticano tampoco llevaban protecciones.

Francisco, que perdió parte de un pulmón a causa de una enfermedad cuando era joven, ha provocado fuertes críticas en las redes sociales por rechazar una mascarilla durante su audiencia general del miércoles, realizada la semana pasada en interiores. Se le vio estrechando las manos de clérigos y mezclándose con la multitud, la cual tampoco portaba una mascarilla. Sus guardias no usaron protecciones.

Italia está registrando un fuerte repunte de casos de COVID-19. La región de Lazio alrededor del Vaticano es de las zonas más afectadas por esta segunda ola de la pandemia. Actualmente, Lazio tiene más personas hospitalizadas por el virus que cualquier otra región, con 911 pacientes de los cuales 69 están en terapia intensiva.

La semana pasada, el Vaticano modificó sus reglas de uso de mascarillas para que concordaran con las implementadas en Italia, requiriendo que la gente las porte tanto en interiores como al aire libre. El Vaticano no respondió de manera inmediata cuando se le preguntó la razón por la que Francisco no portó una cuando recibió a Pell.