Una mala noticia para los cabros que día y noche, compulsivamente, se hacen justicia por su propia mano o que son amigos con ventaja de Manuelita Palma: un estudio de la prestigiosa revista científica Psichology Today reveló que ver en exceso películas porno disminuye el deseo y puede producir disfunción eréctil.

O sea, ni cantando la canción nacional o tomandi juguito de yeso se pondrá de pie el niño, ya que las imágenes sexuales terminan provocando un cortocircuito de los canales cerebrales del placer.

Según el estudio, los jóvenes que consumen pornografía con regularidad desde la adolescencia, de los 14 a los 15 años, tienden a padecer disfunción eréctil y pérdida de deseo cuando llegan a los 25.

Así, Carlo Floresta, dire de la Sociedad Andrológica y Medicina Sexual Italiana de la Universidad de Padua, dijo que el 70 por ciento de los jóvenes que tienen tratamiento contra problemas sexuales fueron quienes más vieron porno.

"Los usuarios de pornografía, tras muchos años de consumo, terminan por adormilar la respuesta natural de su cerebro a la estimulación sexual", largó el caperuzo italiano, pues el placer sexual deriva de la segregación de la dopamina, hormona que se activa ante la sorpresa o la ansiedad.

Sin embargo, si el cerebro está acostumbrado a la estimulación a través de la pornografía, la respuesta se va haciendo cada vez más difícil, pues las imágenes eróticas cada vez son menos emocionantes y menos sorprendentes.