Un perlita de 53 pepas, dueño de un café bar, realizaba entrevistas personales en cutis a las postulantes a su local.

El David Richards envió mensajes de texto a dos adolescentes, de 15 y 16 años, y a una mujer de 30, para que se presentaran en su negocio, en la ciudad de York.

El fiscal Rob Galley soltó que las damas en cuestión fueron recibidas por el vivaceta en traje de Adán y la explicación del era que justito estaba en cambio de pilchas para enfrentar la famosa entrevista.

Las tres víctimas de este degenereque no le compraron y lo denunciaron de una ante la poli british, quien lo detuvo al toque.

El acalorado hombre se fue de negativa al principio, pero terminó reconociendo que la culpa la tenían sus locas pasiones.

Ahora deberá enfrentar una condena por poco pudoroso, según informa The York Press.