El enigma de los niños que recuerdan vidas pasadas: Las inquietantes historias de Ryan, Aija, James y Paulo.

La División de Estudios de Percepción de la Universidad de Virginia recibe cada año aproximadamente 120 casos de este tipo.

En distintas partes del mundo, algunos niños han sorprendido a sus familias con recuerdos de lo que parecen ser vidas pasadas.

Sus relatos, a menudo detallados y emocionalmente intensos, desafían las explicaciones convencionales y han sido estudiados por investigadores de la reencarnación.

Jim Tucker, director de la División de Estudios Perceptuales (DOPS) en la Universidad de Virginia durante los últimos 10 años, ha trabajado con cerca de 150 familias documentando recuerdos de vidas pasadas en niños.

Este trabajo lo heredó de Ian Stevenson, exdirector del departamento de psiquiatría y fundador de DOPS. Desde los años 60, viajó por el mundo documentando casos de posible reencarnación, publicando estudios académicos y libros hasta su fallecimiento en 2007.

Su trabajo fue criticado por quienes sostienen que la conciencia es producto del cerebro y no puede sobrevivir a la muerte, o que los niños documentados pueden haber sido influidos por sus padres, sin embargo, Tucker busca que los críticos examinen la evidencia sin prejuicios y también intenta resolver sus propias dudas.

Estos casos, ya sean interpretados como un misterio sin resolver o una prueba científica de que la vida trasciende la muerte, los relatos que se han recopilado son fascinantes y desafían nuestra comprensión de la existencia.

Pintura en óleo de la vida y la muerte (artista desconocido)
Pintura en óleo de la vida y la muerte (artista desconocido)

El piloto de la Segunda Guerra Mundial

Uno de los casos más documentados es el de James Leininger, un niño estadounidense que, desde los dos años, comenzó a tener pesadillas recurrentes sobre aviones en llamas y caídas en combate.

James hablaba con sorprendente precisión sobre aviones de la Segunda Guerra Mundial, mencionando el portaaviones Natoma Bay y un piloto llamado Jack Larson.

Investigaciones posteriores revelaron que existió un aviador llamado James Huston Jr., quien murió en circunstancias coincidentes con las descripciones del niño. Su caso ha sido citado como una de las más impactantes evidencias de recuerdos de vidas pasadas.

Aija y los ecos del Holocausto

En un caso reciente reportado por The Washington Post en 2024, Aija, una niña estadounidense de dos años, hablaba de “Nina” con una historia distinta a la de sus demás personajes imaginarios. Describía a Nina como una pianista amante del rosa, pero también mencionaba que “tenía números en el brazo y eso la ponía triste”.

Además, expresaba miedo a ser separada de su familia y a “nubes azules que matan”. Su madre, psicóloga, quedó impactada, ya que su hija nunca había sido expuesta a información sobre el Holocausto.

Aunque los recuerdos de Aija se han desvanecido con el tiempo, el episodio dejó una marca indeleble en su familia.

Niños que recuerdan sus vidas pasadas

Ryan Hammons y la vida de un actor de Hollywood

Ryan Hammons, un niño de Oklahoma, comenzó a los cinco años a sufrir pesadillas y a decirle a su madre que “quería volver a casa”. Su madre, Cyndi, explicó que “se sentía como vivir con alguien que tenía Alzheimer, mezclado con el duelo.”

En sus relatos, mencionaba haber sido un hombre de Hollywood con una vida glamorosa. Gracias a la ayuda de un investigador, su madre encontró a la persona que Ryan parecía recordar: Marty Martyn, un actor y agente de talentos de los años 30.

Ryan reveló detalles precisos sobre la vida de Martyn, incluidos eventos personales y profesionales que eran difíciles de conocer. El caso fue estudiado por el Dr. Jim Tucker y lo consideró una evidencia significativa de reencarnación.

Paulo y la sombra de un asesinato

En Brasil, Paulo, un niño de nueve años, afirmaba recordar la vida de su tío abuelo, quien fue asesinado décadas antes de su nacimiento. Paulo hablaba con seguridad sobre su “otra vida”, revelando detalles del crimen que no había manera de que conociera.

Además, según su madre, en una oportunidad su hijo la llamó “Côca”, un apodo que solo Roberto usaba para ella. Desde pequeño, cruzaba los brazos sobre su pecho y caminaba con las manos detrás de la espalda o en sus bolsillos, igual que Roberto.

Curiosamente, el niño nació con un defecto en el cráneo en el mismo lugar donde su tío abuelo recibió el disparo fatal. Este caso refuerza una de las teorías estudiadas por investigadores como Ian Stevenson, quien encontró patrones entre lesiones de nacimiento y heridas de muerte en casos de presunta reencarnación.

Niños que recuerdan sus vidas pasadas

Un fenómeno sin respuestas definitivas

Mientras algunos expertos sugieren que se trata de criptomnesia (recuerdos absorbidos inconscientemente) o coincidencias, otros sostienen que podría haber algo más.

Investigadores como Jim Tucker y Ian Stevenson han recopilado cientos de testimonios similares, sugiriendo que el fenómeno podría ser más común de lo que se cree.

Gracias a las investigaciones, se han identificado patrones en estos casos:

  • los más sólidos suelen darse en niños de entre 2 y 6 años, quienes describen lugares y personas desconocidas para ellos, usando vocabulario avanzado.
  • A veces presentan pesadillas o problemas de sueño.
  • Suelen ser niños muy verbales, que hablan antes que sus pares.
  • Sus recuerdos de vidas pasadas suelen desaparecer alrededor de los 7 u 8 años.

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