Con una voz dulce y letras honestas, Rosario Alfonso entrega un manual emocional en Cómo enamorarse con el corazón partío, su tercer álbum. Una mezcla de canciones, reflexiones poéticas, y pasajes sonoros que se sienten como un abrazo al alma.

La cantante nacional es una romántica declarada y orgullosa, algo que se refleja en sus composiciones. “Siento que es algo de lo que a muchos les puede dar vergüenza, hablar del amor y hablar del romance. Este disco es buscar una forma de hablar de eso. Quizás siendo cursi, pero no tan cliché, no sé cómo explicarlo”, señala.

En conversación con La Cuarta, la intérprete dejó la imitación hecha para todos los que conecten con su música para el lanzamiento en vivo de su más reciente trabajo, el que se realizará el jueves 8 de enero a las 20:00 horas en el Aula Magna del Manuel de Salas.

“El disco está hecho para que sea un viaje emocional. Desde la primera canción hasta la última. Entonces, está bueno imaginárselo como que los 18 tracks son una especie de manual de instrucción que te va llevando hasta la última canción, que es como que vuelve a empezar todo de nuevo”, señala, la artista.

Un viaje a lo profundo del corazón

Las melodías cálidas de Rosario Alfonso están acompañadas de pensamientos, y sonidos que fueron registrados fuera del estudio, en momentos de inspiración. Piezas que se inmiscuyeron entre composición y composición, pero que abren la puerta a lo más íntimo de la cantante.

“Son 10 canciones propiamente tal, con todas las de la ley, y el resto son estos tracks de transición que la mayoría son notas de voz de cosas que uno va grabando como músico: ensayos, hay trocitos que están hablados que son parte de los procesos creativos mientras componía canciones. Uno es un track del sonido ambiental de Valparaíso, que era como todos los barcos tocando la bocina al mismo tiempo y se siente como muchas notas distintas, es súper mágico y yo creo que decidí incorporar esto al disco para que fuera un viaje realmente y poder dar un poquito más de contexto entre las canciones y poder contarle a las personas que escuchen el disco de dónde vienen”, comenta.

Rosario además siente que “es mostrar el panorama más completo, como abrir un poco el diario de vida y o la bitácora de este viaje. Al final eso tiene mucha relación con mi historia. Mi papá es pescador, entonces siempre que encuentro cositas que van haciendo sentido, las voy incorporando. Hay una canción que se llama ‘Un libro’, que se escuchan las páginas que van cambiando, y esa es como mi mamá, que es súper lectora, es profesora”.

A pesar de que en este tercer álbum el resultado final está más elaborado que sus trabajos discográficos previos, Cómo enamorarse con el corazón partío no pierde la cercanía, manteniendo la esencia de su música,

“Es un disco que está súper producido, en el sentido de que mi música suele ser más minimalista a nivel de composición, de instrumentos. En este disco he decidido tirar toda la carne a la parrilla y ponerle hartos instrumentos, llevar al máximo lo que me pedía cada canción y también siento que es mucho más optimista y más tierno que mi disco anterior: De Canciones tristes y otras Sutilezas. Este es mucho más tierno, mucho más optimista y es como querer enamorarse. Siento que estoy en un momento más tierno y como que mis canciones son mi diario de vida, pero también había algo en la ternura que me estaba llamando hace rato en la música que estaba escuchando y la estética que quería darle a este disco”, confiesa al Diario Pop.

“Cómo enamorarse con el corazón partío” y más allá

¿Qué música escuchas en tu día a día?

—Escucho harta balada romántica latinoamericana, como los clásicos 00’ euros, escucho mucha música de los 70, música antigua, como “La Gata Bajo la Lluvia”, boleros. Hay un par de canciones que están full influenciadas por el piano de Los Ángeles Negros.

También tengo otro lado que es de música más actual, de artistas que tocan un rock más relajado, como The Marías. Entonces como que en verdad escucho mucha música, escucho de todo un poco.

Tras el lanzamiento de este disco, ¿cómo definirías este momento de tu carrera?

—Siento que es un momento que está lindo. Está empezando a escucharme más gente y este disco está recibiendo mucha más atención, lo cual está bacán porque me ha escrito un montón de gente que ya lo ha escuchado, entonces eso se siente súper bacán. Hay personas no solo en Chile esperándolo, me han escrito de México, de Colombia y distintas partes. El internet mueve la música a partes que uno no espera que vayan a llegar.

Es impresionante como en otros países te entienden aunque uno esté hablando en el “terrible chileno” o “encantador chileno”. Pero se ha dado super orgánicamente y las veces que yo he visitado otros países ha sido porque ya hay público ahí esperando. Me siento super agradecida y suertuda de que haya pasado esto y también siento que está lindo seguir con esa bandera, seguir haciendo que las cosas suenen como de esta parte del mundo y si resuenan en otras partes, lo encuentro increíble.

¿Tuviste la idea de ir por otro género aparte del folk?

—Yo siento que el folk siempre ha sido el compañero más leal que he tenido, porque al final partí haciendo las canciones con la guitarra, con mi cuatro venezolano y la voz, y siempre ha sido el lugar más honesto del cual me siento parte. Siento que va mucho con mi personalidad, como mostrar algo de forma sencilla.

¿Cómo te proyectas en los próximos años?

—A mí me encantaría decretar en este momento que siga creciendo el público, poder tocar en lugares más grandes, hacer colaboraciones con artistas que admiro un montón de la escena indie más global. Y poder seguir girando con la música, que es algo que me gusta mucho, que el mensaje y las canciones esté llegando a las personas que les tienen que llegar.