Por Axel ChristiansenCómo es Dopamine Land, un recorrido lleno de selfies, colores y emoción para tus sentidos
La experiencia, que llega a Chile después de un paso por más de 8 ciudades, trae una propuesta lúdica para entretener a los más pequeños pero también para sacar nuestro niño interior.

“La dopamina es una hormona y neurotransmisor que desempeña un papel crucial del sistema de recompensa del cerebro, generando sensaciones de placer, motivación y bienestar”. Con esa frase, explicando un poco que es lo que estaremos a punto de vivir te recibe Dopamine Land, una nueva experiencia en vivo que abrió sus puertas en el piso -1 de Cenco Costanera de la mano de Fever.
La exposición fue creada hace tres años en la ciudad de Londres a raíz de la pandemia y para la necesidad de volver a estimularnos y reencontrarnos con nuestros sentidos después del encierro. Pero hoy, después de haber pasado por ocho ciudades alrededor del mundo como Madrid, Singapur, Dubai y Sao Paulo, llega a nuestro país como un espacio hecho para estimular pero también relajar a nuestros sentidos en partes iguales.
Antes de su apertura al público, fuimos a conocerla para contarte de primera fuente de que trata la experiencia y si realmente cumple con su cometido de llevar los sentidos a un nuevo espacio.

Lo primero que debes saber de Dopamine Land es que es una experiencia muy activa. En total son 9 salas de experiencia, las cuales están ordenadas de tal manera de que después de una sala muy activa para tus sentidos, venga una que te relaje.
Y si bien, nadie nunca te obliga a participar de todo con el mismo nivel de intensidad que el resto, para disfrutar del espacio tienes que estar conciente de que tendrás que moverte, saltar, bailar, nadar a través de pelotas de plástico, pero también contemplar, echarte un rato en el suelo y descansar.
Recomendación: ir con ropa cómoda y sin muchas cosas que se puedan caer. Hay muchas experiencias en donde tendrás que sacarte los zapatos y demás cosas pequeñas en un espacio común, pero además, mucho movimiento que con ropa muy ajustada, puede terminar en un accidente no muy grave, pero si muy vergonzoso. Si no llevas calcetines, la exposición puede facilitarte unos.

Luego de tener claro eso, vamos a las salas en sí, y debo decir que, al menos en lo que respecta a gustos personales, se trata de una exposición que va de menos a más, aunque como nos explicó Belén Núñez, Dirigente Global de Dopamine Land, la preferencia de las experiencias ha variado siempre en cada país que se ha presentado.
Las dos primeras salas, llamadas Colortopia y Grafitología, pueden hacer creer que la experiencia será muy calmada, pero pronto nos daremos cuenta que no.

Colortopia, que abre el recorrido, es una pequeña sala con grafitis de neón y luego una serie de cintas también muy brillantes que podemos atravesar caminando, con mucho color pero no necesariamente mucho impacto.
Grafitología es algo más interesante ya que se trata de un cuarto totalmente blanco, en el cual ponen a disposición del público una serie de plumones para poder pintar toda la superficie con lo que uno quiera: mensajes, dibujos, rayones, etc. Quizás lo que me falló fue que los colores de los plumones que había ese día eran muy pasteles, quizás es parte de la propuesta, pero cosas más chillonas habrían estado muy bien.

Pero luego tenemos la primera gran parada de la expo: Batalla de Almohadas. Acá, la idea es ingresar a una suerte de cama saltarina llena de almohadas y tras presionar un botón, una música comenzará a sonar y el cuarto se iluminará. De allí, la idea es simplemente tomar las almohadas y lanzarlas a los que esté allí. Es algo tan sencillo pero a la vez tan liberador que de verdad genera el primer shock de energía bien fuerte. Hay risas, caos, cansancio para los más viejos como uno y también un regreso al entretenimiento simple y ahora seguro de la niñez.

Después de ese shock de energía, llega un salón mucho más relajado, que luego se convertirá en la tónica de la experiencia: el espacio está armado de tal manera de que después de una experiencia activa, llegue una más tranquila. Por ejemplo, después de la Batalla de Almohadas está la Laguna del Atardecer, un espacio precisamente iluminado con la luz ténue del atardecer, el cual puede disfutarse en una piscina de pelotas de plástico con flotadores y música relajante.
Este espacio es también el primero de muchos en el cual querrás sacarte selfies y fotos creativas para compartir en redes sociales y así extender la liberación de dopamina más allá de la experiencia misma.

Sin pasar demasiado en los detalles, después de de la Laguna de pelotas de plástico está la Cueva Táctil, el cual es una bomba tanto para tu vista, por su fuerte color rosado, como también tu tacto, ya que todas sus paredes poseen texturas para sentir, y al fondo de todo, otra piscina algo más pequeña pero con cuadrados de espuma, muy suaves.
Le siguen la Nebulosa de Neón, la Cromodanza y el Bosque de la Euforia, un espacio tranquilo con unos troncos que se iluminan, cambian de color y los cojines más cómodos de la exhibición para dar el último descanso del día.

Dopamine Land cierra con el que a mi juicio es la parte más entretenida, que es el Oasis Cósmico, un cuarto de luces que cuelgan del techo y que se ven replicadas hacia el infinito gracias a su techo y paredes reflectantes. No solo es el lugar más bonito y que se siente más tecnológico, sino que por el tipo de luces que va cambiando, vas a poder sacar las mejores fotos y selfies del recorrido, sin ninguna duda.
En total, el recorrido dura unos 45 minutos a una hora dependiendo de cuanto rato te quedes en cada cuarto. Si bien es un recorrido lineal, el tiempo que le dedicas a cada uno depende de tí, ya que no hay guías asignados, sino que monitores que explican y dan las instrucciones a cada persona para pasarlo muy bien.
Es una experiencia que te revitaliza y reconecta con tu niño interior y si al menos te llama la atención vivir lleno de colores, sonidos y pasar por muchos estados de ánimo en un corto tiempo, es totalmente recomendable.
Las entradas van desde los $14.000 hasta los $19.000 dependiendo del día de visita y por ahora hay entradas disponibles solo hasta el 18 de enero.
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