El desafío de vivir más: ¿Cómo llegar a la cuarta edad con buena salud?
Oncólogo de 96 años explica claves para una vejez saludable y activa.

El envejecimiento poblacional es una realidad innegable en Chile y en los próximos 30 años más de 1,9 millones de personas pertenecerán a la llamada “cuarta edad”.
Según el último informe del Observatorio del Envejecimiento UC-Confuturo (2023), el 16,4% de la población mayor tiene más de 80 años y para el 2050 se espera que llegue a un 28% del total de adultos mayores, es decir, un 9% de la población chilena.
Este fenómeno plantea desafíos cruciales para garantizar calidad de vida a la cuarta edad, compuesta actualmente en un 62% por mujeres.
La educación, los ingresos y la salud mental son solo algunos de los factores que influyen directamente en el bienestar de las personas mayores.

La calidad de vida en la cuarta edad: un desafío pendiente
Las cifras revelan un panorama complejo ya que, los adultos mayores de 80 años tienen en promedio solo 6,5 años de escolaridad.
Realidad que impacta directamente en sus ingresos económicos y en su acceso a atención médica, lo que se traduce en una calidad de vida precaria.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que el 14% de los adultos mayores de 60 años sufren algún trastorno mental, siendo la depresión y la ansiedad los más comunes.
Con estos antecedentes, cabe preguntarse ¿cómo podemos alcanzar la vejez en las mejores condiciones posibles?

Claves para una vejez saludable según Silvio Garattini
El reconocido oncólogo y científico Silvio Garattini, con 96 años y una vida activa, tiene la respuesta clara: el secreto de la longevidad está en los hábitos.
Según él, hay tres pilares fundamentales para llegar a la cuarta edad con vitalidad.
Actividad física diaria
Para Garattini es fundamental caminar al menos 5 kilómetros al día, sin embargo, “debe ser a un ritmo relativamente rápido, de lo contrario no se consigue el efecto aeróbico. Caminar mirando escaparates no es actividad física”, afirmó.
Según el científico, la clave está en hacer ejercicio con esfuerzo, aumentando la frecuencia cardíaca y la respiración, pero sin exceder 5 horas de actividad en la semana, ya que no significará mejoras.
Además, destaca la importancia de la socialización porque “la actividad física puede considerarse un movimiento colectivo: se puede salir a caminar en grupo, conversar y fortalecer las relaciones”.
De esta forma, el ejercicio no solo ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares y musculoesqueléticas, sino que también es clave para mantener una mente ágil y reducir el riesgo de deterioro cognitivo.

Dieta variada y moderada
El secreto no es solo comer bien, sino también en la cantidad justa y Garattini recomienda “reducir la ingesta de alimentos en un 30% (porque) aumenta la esperanza de vida en un 20%”.
Para él, no importa cuántas veces al día se coma, sino la cantidad total de calorías ingeridas. “Hay que levantarse de la mesa con un poco de hambre”, recomienda.
Además, enfatiza que una dieta equilibrada debe basarse en alimentos con los micro y macronutrientes necesarios. Destaca que “no hay mucha diferencia entre quienes comen libremente y quienes dejan pasar 10-12 horas entre comidas. Insisto, lo que importa es comer poco, incluso si lo hago cinco veces al día, lo importante es la cantidad total”.

Cuidado con la sobremedicación
Garattini es crítico con la industria farmacéutica y para él, la base de una buena salud no reside únicamente en tratar enfermedades, sino en prevenirlas antes de que aparezcan.
“Como todos los mercados, quiere crecer cada vez más, aumentar el número de medicamentos y reducir los niveles de normalidad. Promover buenos hábitos de vida va en contra de este mercado”, afirmó.
De hecho, Silvio Garattini no ha tomado antibióticos en 40 años y el único fármaco que ha necesitado recientemente ha sido un anticoagulante debido a una leve fibrilación auricular. “Si los necesitara, los tomaría. Pero no tiene sentido contratarlos con fines propagandísticos”, concluyó.

Una vejez activa, un beneficio para todos
Según Garattini, cuidar de nuestra salud no solo nos beneficia a nosotros mismos, sino también a nuestras familias y a la sociedad. “Si estamos bien, nuestras familias no sufren, y el sistema de salud no se sobrecarga con problemas prevenibles si todos adoptáramos hábitos de vida saludables”, destacó el experto.
El desafío del envejecimiento positivo no es solo un tema de políticas públicas, sino también una responsabilidad individual.
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