Por Marco OyarzúnEl reconocido director José Luis Torres Leiva pasa el duelo con su reciente película: “Generalmente se esquiva mucho la pérdida de un ser querido”
La muerte de su madre y una entrañable amiga dieron aliento en parte a este filme.

Un relato que puede ser tan propio como de todos, este ejercicio hace el director José Luis Torres Leiva (El cielo, la tierra y la lluvia, Verano, El viento sabe que vuelvo a casa, Vendrá la muerte y tendrá tus ojos, Ver y escuchar), quien cuenta con una larga trayectoria y que vuelve con un largometraje tras 6 años con Cuando las nubes esconden la sombra.
En esta filme nos presentan la historia de María (María Elche), una actriz argentina quien llega al indómito Magallanes para grabar una película en Puerto Williams.
Lamentablemente queda varada sola en el lugar, tras que el resto del equipo no puede llegar por las siempre complicadas condiciones climáticas del sitio.

En esta soledad, la extranjera se autodescubre, sufre y sana después por el luto de una amiga fallecida. Ahí vemos a la mujer descubrir a la comunidad y sus propias historias, todo esto acompañado del característico estilo de Torres Leiva donde los parajes y estética son unos personajes más.
“Para mí era importante que todo fuera una conjunción y una comunión como de paisaje y personaje; que una cosa no fuera más importante que la otra, sino que fuera un conjunto de eso. Era bonito también cómo la composición, los encuadres, contuvieran eso, y cómo el paisaje también hablaba por sí mismo sobre lo que estaba atravesando el personaje. Qué mejor lugar para provocar eso”, señaló sobre el plus que fue grabar en los paisajes magallánicos.
-¿Y cómo fue el proceso? Porque ir a Magallanes es su desafío. Porque una película distinta también es bien sensorial, se puede decir, bien espacial, por lo que me tocó ver...
-Sí, bueno, el lugar yo creo que fue muy importante: Puerto Williams. Yo lo había conocido unos años atrás, había ido a hacer un taller de cine ahí, había quedado muy impresionado por ese espacio, por lo que provocaba, por la naturaleza, por las sensaciones que provocaba también. Entonces quedaron ganas de hacer una película y, claro, rodar allá no es fácil porque es un lugar lejos, aislado.
Nos fuimos en el barco, viaje largo de como 30 horas. Pero creo que fue muy significativo para el transcurso de la película también: como toda esa experiencia de estar allá, de hacer ese viaje, de incorporar la naturaleza también como un protagonista más de la película. Y principalmente, claro, hay algo de lo que tú dices, de lo sensorial, con respecto a este mundo natural que rodea a la historia, que para mí era fundamental.
-¿Cuánto tiempo duró el rodaje?
-Más o menos tres semanas.
-¿Y por qué Magallanes? ¿Por qué Puerto Williams?
-Siempre fue esta idea de crearse una película con este lugar muy aislado, al fin o al comienzo del mundo, y un poco lo que provocaba estar ahí. Por la misma historia de la protagonista de la película, que en este momento de espera que ella tiene la hace reconectar con otras cosas que tiene pendientes, en este caso con un duelo. Ese espacio y esa sensación de estar ahí facilitan también ese proceso interno de ella.

-Claro, tenemos a esta argentina que llega y queda varada en un lugar que no conoce. Y el comunicado de prensa que nos entregaron dice que habla un poco de la soledad, pero igual se acompaña harto, se mima harto el corazón con la gente del lugar.
-Sí, tiene mucho que ver con eso, con el acompañamiento, con todas las personas que se va encontrando, que son todas personas del lugar. Además, que para mí eso era importante, que trabajar con las personas de allá, en realidad se interpretan ellos mismos, entonces tampoco es que estuvieran haciendo un rol o actuando, sino que hay una combinación ahí como documental también, de estos encuentros, del compartir con la protagonista, con María, y esas conversaciones que van también ayudando a que ella vaya procesando también su momento.
-¿Y cómo fue trabajar con la gente ahí? Para muchos era su primera vez en cámara, ¿qué tal eso?
-Fue muy bonito, fue muy especial, nosotros hicimos primero un llamado que nos ayudó una persona del lugar a encontrar más o menos los perfiles que buscábamos, de las personas que nos mandaron videos. Después nosotros fuimos para allá a conocer a las personas, y más que un casting fue una conversación con todos ellos y ella en torno a su propia historia. Nosotros reescribimos el guion, pero también en el rodaje pasaron muchas cosas que no teníamos pensadas o no estaban escritas, también había mucho del azar por lo mismo.
Creo que fue muy importante, en ese caso, la presencia de la actriz, de María Elche, porque ella permitía también como esta… si bien estaba interpretando un rol que era muy parecido a ella, permitía también esta posibilidad de que estas personas que no tenían una experiencia actoral pudieran compartir con ella ese momento con tranquilidad y también con respeto, y finalmente ser ellos mismos.
-Cómo también llegó María, ¿cómo se conocieron? ¿Por qué ella es la protagonista?
-Necesitaba un personaje extranjero, porque sentía que esa sensación de aislamiento no solamente era que ella quedara varada en este lugar por esta situación en particular, sino que más encima no era del país. era esta sensación más grande respecto de que estaba más lejos de su familia, de su casa. Con María nos conocimos por una película que yo había hecho antes, que se llama El viento sabe que vuelve a casa.
Ella había sido jurado en un festival en Chile donde vio la película, después nos conocimos en Valdivia. Ahí quedó como la idea. Le propuse que me gustaría hacer una película con ella, porque ella me habló de esa otra película, todavía sin tantas ideas. Pero esto fue antes de la pandemia. Después seguimos hablando, hablando, y nos encontramos en otro festival en Mar del Plata, y ya se concretó.
-Otra cosa: ¿por qué ese título, Cuando las nubes esconden la sombra?
-Es una combinación de unos versos de un poema de un poeta francés que se llama Paul Valéry, se llama El cementerio marino. A mí lo que me gustaba es que combinaba la naturaleza, pero también este sentimiento de estar sin sombra, que para mí era el sentimiento de la protagonista cuando se enfrenta a su propio duelo, estar un poco perdida. Esa sensación de cuando muere un ser querido y uno no sabe mucho cómo procesar eso y cómo seguir.
-¿Y por qué en el duelo? ¿Se inspiró en algo personal?
-No, era un tema que estaba tan al comienzo de la película. Durante la pandemia falleció una amiga mía que era una actriz y cantante argentina que se llama Rosario Bléfari, con quien yo había hecho una película en 2011 que se llama Verano. Antes de la película mi madre enfermó y falleció en 2023. Estuvo nueve meses con una enfermedad. Ahí ya en la película obviamente se instaló ese tema del duelo.

-Mi más sentido pésame también por sus pérdidas. Los personajes hablan por usted también, porque cuando pasan a buscar a una santiaguina en la película, que cuenta a la protagonista la pérdida de su padre…
-Sí, igual esa es una historia de ella. Ella cuenta su historia. Todas las historias que se cuentan en la película son ellos. Fue muy generosa porque contó algo muy íntimo. Es algo que sucedió hace mucho tiempo, hace más de diez años, pero que obviamente la marcó en su vida. Es de Santiago, pero vive en Punta Arenas.
-Al final uno aprende a vivir con el dolor de las pérdidas como parte de la vida, son heridas que quedan y van cicatrizando...
-Sí, un poco la película trata sobre eso, y trata —yo espero— que también ponga ese tema, que abra eso, que creo que es importante, porque generalmente se esquiva mucho la perdida de un ser querido. Y es algo que es natural también por lo mismo, pero es importante hablarlo antes.
¿Dónde verlo?
Conoce los cines y horarios donde se proyecta la película Cuando las nubes esconden la sombra en la página de Instagram de @storyboardm.
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