También supervisó el desarrollo de productos como Tic Tac, Kinder y Ferrero Rocher junto a Michele Ferrero, quién falleció el mismo día hace 10 años.
El mundo de la confitería despide a Francesco Rivella, el químico italiano apodado el “padre” de Nutella, quién falleció a los 97 años el 14 de febrero: San Valentín.
Como si el destino hubiera querido que su despedida estuviera envuelta en la misma dulzura que marcó su legado, Rivella dejó tras de sí una historia de innovación.
Su legado va mucho más allá de la icónica crema de avellanas y ayudó a dar vida a algunos de los chocolate y dulces más queridos.
El arquitecto del sabor
Francesco Rivella comenzó su carrera en Ferrero en 1952, con apenas 25 años y recién licenciado en química bromatológica en Turín.
Se unió al laboratorio de la empresa para colaborar en la creación de Nutella, revolucionando la forma en que el mundo disfrutaba el chocolate.
Aunque la receta original proviene de la necesidad de reducir costos tras la II Guerra Mundial, Rivella y Michele Ferrero perfeccionaron la mezcla de cacao y avellanas hasta convertirla en la crema para untar.
En 1964, Nutella fue lanzada oficialmente y se convirtió en un fenómeno global, llegando a ser tan popular que en la Universidad de Columbia se reportó un consumo diario de más de 45 kilos entre los estudiantes.
Más que Nutella: un legado de dulzura
El impacto de Rivella no se limitó solo a Nutella. También fue pieza clave en la creación de otros clásicos de Ferrero, como:
- Mon Chéri (1956): bombón de chocolate con licor de cereza.
- Kinder Chocolate (1968): comienzo de la popular línea Kinder.
- Tic Tac (1969): pequeño pero poderoso caramelo refrescante.
- Ferrero Rocher (1982): sinónimo de elegancia en el mundo del chocolate.
Su pasión por la innovación y la perfección lo convirtió en una pieza clave dentro de Ferrero, que hoy opera en más de 170 países y emplea a más de 47.000 personas.
Una vida dedicada al dulce
Tras décadas en la compañía, Rivella se retiró para dedicarse a la agricultura y a su pasión por el pallapugno, un tradicional deporte italiano.
Sin embargo, su influencia en el mundo de la confitería sigue presente en cada bocado de los productos que ayudó a crear.
Su funeral se llevó a cabo en Alba, la ciudad donde Ferrero comenzó su historia en 1946 y donde Rivella pasó sus últimos años.
Sus restos descansarán en Barbaresco, cerrando un capítulo en la historia de la chocolatería que perdurará en la memoria y en el paladar de millones.
Curiosamente, Francesco Rivella falleció exactamente una década después de Michele Ferrero, su compañero en la creación de Nutella.
Como si el destino los uniera una vez más, el mundo dice adiós a otro de los genios.
